Solía decirse que los cosmólogos, los científicos que estudian el universo en su conjunto, “a menudo yerran pero nunca dudan”.
Hoy día yerran cada vez menos, pero sus dudas han crecido tanto como lo que hay allá afuera.
Tras décadas de investigación que involucran el uso de nuevos y mejores telescopios, detectores de luz y computadoras, los cosmólogos pueden ahora declarar con cierta certeza que el universo nació hace 13,820 millones de años, casi seguramente como una burbuja de espacio más pequeña que un átomo.
Por primera vez han mapeado la radiación cósmica de fondo -luz liberada cuando el universo tenía solo 378,000 años-, con un margen de error de menos de un décimo de uno por ciento.
Pero también han concluido que todas las estrellas y galaxia que ven en el cielo conforman sólo 5% del universo observable. La mayoría invisible consiste en 27% de materia oscura y 68% de energía oscura. Ambas son un misterio. Se piensa que la materia oscura es responsable de esculpir las capas brillantes y los rizos de las galaxias que constituyen la estructura a gran escala del universo. Sin embargo, nadie sabe lo que es. La energía oscura es aún más misteriosa; el término, acuñado para denotar lo que sea que acelere la tasa a la que el universo se expande, representa “una etiqueta general para aquello que no conocemos sobre las propiedades a gran escala del universo”.
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*En la simulación de la imagen principal de este artículo -hecha por computadora- se muestra que las estrellas no podrían ahberse formado, y sin duda no tan rápido -100 millones de años después del big bang-, sin la fuerza gravitacional generada por la abundante materia oscura. Su naturaleza es incierta.
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