Una investigación sugiere que las líneas de Nazca, una serie de geoglifos grabados en el desierto Perú, podrían haber sido utilizadas por dos grupos separados de personas para peregrinar hacia un templo antiguo. Pero el propósito de los grabados sobre el desierto pudo haber cambiado con el tiempo. (Conoce más acerca de los misteriosos geoglifos)
Las primeras líneas Nazca fueron creadas para que los peregrinos pudieran observar las marcas a lo largo de una ruta procesional para rituales. No obstante, más adelante las personas podrían haber roto vasijas de cerámica en el suelo donde las líneas intersectaban como parte de un antiguo rito religioso.
Además, el estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Arqueología, sugiere que los grabados fueron realizados por al menos dos grupos de personas distintas que habitaban diferentes regiones de la meseta del desierto.
En uno de los lugares más áridos del planeta, entre la cordillera de los Andes y la costa, más de mil geoglifos marcan el paisaje. Estudios previos han mostrado que una antigua civilización creo las formas al remover rocas rojizas de la superficie del desierto revelando la tierra blanco que se encontraba debajo, entre el 200 a.C. y el 600 d.C. (¿Líneas de Nazca en Kazajstán?)
En años recientes, investigadores de la Universidad Yamagata, en Japón, revelaron la existencia de 100 geoglifos, así como trozos de cerámica rotos en la intersección se algunas líneas.
Para entender cómo es que estos elementos encajan, el equipo de arqueólogos analizó la locación, estilo y método de construcción del hallazgo. Descubriendo que aproximadamente cuatro estilos de geoglifos distintos tendían a estar agrupados a lo largo de distintas rutas que llevaban al complejo de templos preincaico conocido como Cahuachi. El estilo de construcción también denotó que las figuras fueron realizadas por grupos distintos.
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