Una de las bebidas más populares y demonizadas.Hasta 5 tazas no hace mal al corazón, según Harvard. También puede beneficiar el hígado y el cerebro.
Positivo. Beber café aporta mejores valores de laboratorio en quienes están en riesgo de enfermedad hepática.
Por mucho tiempo, el café tuvo fama de ser un vicio dañino. Sin embargo, los beneficios potenciales para la salud parecen ser muchos, según una revisión sistemática de estudios que analizaron el consumo de café en relación con la enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, hepática, la diabetes, el cáncer de hígado y el Alzheimer.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard relevaron 36 estudios que involucraron a más de 1.270.000 participantes. Los datos mostraron que quienes consumían una cantidad moderada de café negro, aproximadamente de 3 a 5 tazas por día, tenían menor riesgo de tener problemas. Y quienes consumían 5 tazas o más no tenían mayor riesgo que los que no consumían café.
Otro estudio del Instituto Nacional de Medicina Ambiental de Estocolmo indagó en la manera en que el consumo de café se podría asociar con los accidentes cerebrovasculares. Relevaron 11 estudios, que incluían a casi 480.000 participantes. Al igual que con los estudios previos, el consumo de 2 a 6 tazas de café por día se asoció con un menor riesgo de enfermedad, en comparación con quienes no bebían café.
Redondeando las preocupaciones acerca del efecto del café sobre el corazón, otro análisis de médicos israelíes estudió cómo se podría asociar el consumo de café con la insuficiencia cardíaca. Nuevamente, el consumo moderado se asoció con un riesgo menor, con el menor riesgo para aquellos que consumían cuatro porciones al día. El consumo tenía que llegar a las 10 tazas por día antes de poder observar alguna asociación perjudicial.
Así, beber cantidades moderadas de café se asocia a tasas más bajas de muchas de las enfermedades cardiovasculares, contrario a lo que muchos podrían haber escuchado respecto de los peligros del café o la cafeína. Incluso los consumidores en el extremo más alto del espectro parecen tener efectos nocivos mínimos, si es que los tienen.
Hay otros resultados fuera del tema de la salud cardíaca que tienen importancia. Muchos creen que el café se podría asociar a un mayor riesgo de cáncer. Un análisis del Instituto Karolinska, de Suecia, publicado en 2007, encontró que el aumento del consumo de café en 2 tazas por día estuvo asociado con un riesgo relativo menor de cáncer de hígado en más de 40 por ciento. Dos estudios más recientes del Hospital de la Universidad de Medicina de China confirmaron estos hallazgos. Los resultados de los análisis que buscaban cáncer de próstata encontraron que en los estudios de mayor calidad, el consumo de café no se asoció con resultados negativos.
Beber café también se asocia con mejores valores de laboratorio en quienes están en riesgo de enfermedad hepática. En estos pacientes, la ingesta de café se asocia con una progresión reducida hacia la cirrosis. En los pacientes con cirrosis, se asocia con un menor riesgo de muerte.
Se asocia con mejores respuestas a tratamiento antiviral en pacientes con hepatitis C y mejores resultados en pacientes con enfermedad de hígado graso de origen no alcohólico. Los autores de este estudio, en la publicación Liver International, afirman que se debe fomentar el consumo diario de café en pacientes con enfermedad hepática crónica.
Estudios recientes de la Universidad de California sobre trastornos neurológicos descubrieron que la ingesta de café se asoció con menores riesgos de enfermedad de Parkinson, menor deterioro cognitivo y un efecto potencial protector contra el mal de Alzheimer.
El consumo regular de café se asocia además con un riesgo significativamente menor de desarrollar diabetes tipo 2, observados en quienes bebían al menos 6 o 7 tazas por día. El último relevamiento de científicos de la Escuela de Medicina de Harvard, publicado en 2014, usó datos actualizados de 28 estudios y más de 1,1 millón de participantes. Otra vez, cuanto más café se beba, menor es la probabilidad de tener diabetes.
Fuente CLARÍN