Un estudio señala que las personas con mayor corteza orbitofrontal son más positivas
Un estudio realizado en EE.UU. señala que las personas con mayor corteza orbitofrontal, una parte del cerebro situada detrás de los ojos, son más optimistas, y esto hace que baje su nivel de ansiedad. Se sabía que los tres factores están relacionados, y la investigación ha profundizado en el mecanismo que los une.
Un nuevo estudio relaciona la ansiedad con una estructura cerebral llamada corteza orbitofrontal (COF) y con el optimismo, y concluye que los adultos sanos que tienen una COF más grande tienden a ser más optimista y menos ansiosos.
El nuevo análisis, publicado en la revista Social, Cognitive and Affective Neuroscience, ofrece la primera evidencia de que el optimismo juega un papel mediador en la relación entre el tamaño de la COF y la ansiedad.
Se sabe que la corteza orbitofrontal, una región del cerebro situada justo detrás de los ojos, juega un papel en la ansiedad. La COF integra la información intelectual y emocional y es esencial para la regulación de la conducta. Estudios previos han encontrado vínculos entre el tamaño de la COF de una persona y su susceptibilidad a la ansiedad. Por ejemplo, en un conocido estudio con adultos jóvenes cuyos cerebros fueron escaneados antes y después del terremoto y tsunami de 2011 en Japón, los investigadores descubrieron que la COF se redujo de hecho en algunos participantes en los cuatro meses posteriores a la catástrofe. Aquellos con más contracción de COF era probable que también se les diagnosticara un trastorno de estrés post-traumático, hallaron los investigadores.
Otros estudios han demostrado que las personas más optimistas tienden a ser menos ansiosas, y que los pensamientos optimistas aumentan la actividad de la COF.
El equipo del nuevo estudio planteó la hipótesis de que una COF más grande podría actuar como amortiguador frente a la ansiedad, en parte, al aumentar el optimismo.
La mayoría de los estudios sobre la ansiedad se centran en aquellos que han sido diagnosticados con trastornos de ansiedad, dice la investigadora de la Universidad de Illinois Sanda Dolcos, que dirigió la investigación con la estudiante de posgrado Yifan Hu y el profesor de psicología Florin Dolcos. "Queríamos ir en la dirección opuesta", dice en la información de la universidad. "Si puede haber una reducción de la corteza orbitofrontal y esa contracción se asocia con trastornos de ansiedad, ¿qué significa en poblaciones sanas que tienen una COF mayor? ¿Podría tener un papel protector? "
Los investigadores también querían saber si el optimismo era parte del mecanismo que vincula volúmenes cerebrales de COF mayores con una menor ansiedad.
Imágenes
El equipo recogió imágenes de resonancia magnética de 61 adultos jóvenes sanos y analizaron la estructura de varias regiones en el cerebro, incluida la COF. Los investigadores calcularon el volumen de materia gris en cada región del cerebro con relación al volumen total en el cerebro. Los sujetos del estudio también completaron pruebas que evaluaron su optimismo y ansiedad, los síntomas de depresión, y los sentimientos positivos (entusiasmo, interés) y negativos (irritabilidad, incomodidad).
El análisis estadístico y la modelización revelaron que una corteza orbitofrontal más gruesa en el lado izquierdo del cerebro correspondía a un mayor optimismo y menos ansiedad. El modelo también sugiere que el optimismo juega un papel mediador en la reducción de la ansiedad en aquellos con COF más grandes. Análisis posteriores descartaron el papel de otros rasgos positivos en la reducción de la ansiedad, y ninguna otra estructura del cerebro parecía estar implicada en la reducción de la ansiedad aumentando el optimismo.
"Se puede decir, "OK, hay una relación entre la corteza orbitofrontal y la ansiedad. ¿Qué debo hacer para reducir la ansiedad?", dice Sanda Dolcos. "Y nuestro modelo está diciendo que eso está funcionando parcialmente a través del optimismo. Así que el optimismo es uno de los factores en los que podemos fijarnos".
"El optimismo se ha investigado en psicología social durante años. Pero por alguna razón no empezamos a mirar a las asociaciones funcionales y estructurales de este rasgo en el cerebro hasta hace poco", dice Hu. "Queríamos saber: Si somos constantemente optimistas sobre la vida, ¿dejará eso una marca en el cerebro?"
Florin Dolcos dice que los estudios futuros deben probar si el optimismo se puede aumentar y la ansiedad reducirse formando a personas en tareas que involucren la corteza orbitofrontal, o buscando formas de impulsar el optimismo directamente.
Fuente TENDENCIAS 21