Todo empezó con el hallazgo de un fragmento de mandíbula fósil, encontrado por Lee Berger, un profesor de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica, el había desenterrado importantes descubrimientos antes, pero sabía que estaba a punto de encontrar algo grande, así que contactó a National Geographic.
Lo que no sabía en ese momento es cambiaría nuestra comprensión de la evolución humana e incluso plantearía nuevas preguntas sobre nuestra identidad.
Berger y su equipo alertó a los espeleólogos sobre las profundidades de los túneles de piedra caliza en el Rising Star Cave, fuera de Johannesburgo, asegurando una nueva adición a nuestro árbol genealógico.
El equipo llamó a esta nueva especie "Homo Naledi," y se piensa que ellos enterraban a sus muertos, lo cual se pensaba que era una conducta previamente limitada a los seres humanos, ya que encontraron, en una cámara aislada dentro de la cueva, que se encuentra a 30 metros bajo tierra, que contenía fósiles de niños y adultos. Asegurando que era un cementerio y que el Homo naledi podría haber utilizado el fuego para iluminar el camino.
"No hay daños de depredadores, ni ninguna señal de una catástrofe. Tuvimos que llegar a la conclusión inevitable de que el Homo Naledi, una especie no-humana de los homínidos, fue deliberadamente disponer de sus muertos en esa cámara oscura. ¿Por qué?, no lo sé, " afirmó Berger.
El primer entierro humano remonta a unos 100,000 años atrás, el equipo de Berger no ha sido capaz de sabes la fecha de los fósiles Naledi.
"Esto es como la apertura de la tumba de Tutankamón", dijo. "Es ese extremo y quizás eso influya en esta etapa de nuestra historia."
Fuente MUY INTERESANTE
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Arqueología