Zumo de remolacha para ayudarnos en la adaptación al ambiente de alta montaña


El cuerpo humano no está hecho para funcionar a grandes altitudes, pero beber zumo de remolacha podría ayudar al cuerpo a aclimatarse.

Desde que los seres humanos empezamos a escalar las montañas más altas del mundo, hemos luchado contra un problema básico: el mal de altura, causado por la presión más baja del aire, que afecta a la capacidad de nuestros cuerpos de asimilar oxígeno.

O, como dice el actor Jason Clarke en su papel como el guía de escalada Rob Hall en la película recién estrenada, “Everest”: “los seres humanos simplemente no estamos hechos para funcionar a la altitud de crucero de un 747”.

Lo bien que los humanos toleramos las grandes altitudes es algo muy variable, pero la mejor forma de minimizar el riesgo de desarrollar en fase aguda el mal de montaña es la aclimatación, o pasar simplemente el suficiente tiempo en alturas elevadas como para permitir al cuerpo ajustarse a los niveles de oxígeno más bajos.

Pero ¿y si pudiéramos ayudar a nuestro cuerpo a adaptarse más rápidamente y más a fondo con la ayuda de una sustancia natural, como el zumo de remolacha? Un equipo de científicos noruegos y suecos decidió investigar cómo el zumo de remolacha, rico en nitratos, podría afectar a la aclimatación en una expedición de 39 días a Katmandú, y a 3.700 metros de altitud en el valle de Rolwaling, en el Nepal.

Un aspecto de conseguir una buena aclimatación es que los vasos sanguíneos son capaces de suministrar suficiente oxígeno por todo el cuerpo. Pero la función normal de los vasos sanguíneos depende de la capacidad del cuerpo de producir de forma natural un compuesto llamado óxido nítrico.

En las personas sanas, la producción de cantidades adecuadas de óxido nítrico a nivel del mar no es un problema, pero sí lo es en ambientes con baja disponibilidad de oxígeno, a gran altitud, simplemente porque la producción natural de óxido nítrico necesita oxígeno.

Pero el cuerpo tiene un “sistema de reserva” para la producción de óxido nítrico a gran altitud, y es aquí donde el zumo de remolacha puede ayudar. El ingrediente clave de este zumo: unos altos niveles de nitratos, que el cuerpo puede entonces convertir en óxido nítrico.

Investigaciones anteriores han mostrado que los vasos sanguíneos tienden a contraerse a grandes alturas, así que el equipo de Erik Gaustad, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, decidió ver si podría mejorar su función en ese entorno haciendo consumir zumo de remolacha a sujetos de estudio. Él y sus colaboradores midieron la función de los vasos sanguíneos con un test estándar de función arterial endotelial, una prueba de dilatación mediada por flujo que emplea ultrasonidos.

Así han mostrado que el consumo de zumo de remolacha rico en nitratos orgánicos mejoró significativamente en los sujetos de estudio la función disminuida de los vasos sanguíneos a gran altitud.

Fuente NCYT


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