Efectos del calentamiento en el mar sobre los ecosistemas


El aumento de la temperatura del mar es un elemento clave en relación con el cambio climático. ¿Cómo se está produciendo el calentamiento? ¿Cómo afecta a los organismos? En el Mediterráneo, los científicos trabajan para registrar sistemáticamente la temperatura a diferentes profundidades.

Para conocer los efectos del calentamiento global sobre los ecosistemas, los oceanógrafos se encargan de medir la temperatura del agua en diferentes lugares del planeta y compararla con datos de años anteriores. Pero los datos disponibles son relativamente recientes (de 20 a 30 años).

La serie temporal ininterrumpida y más larga de temperaturas del Mediterráneo es la que inició hace más de 40 años un meteorólogo, José Pascual, que empezó a tomar datos de forma sistemática a diferentes profundidades, en una zona frente a las Islas Medas. En su labor cuenta con la colaboración del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC y del Parc Natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter (España).

Los datos recogidos, que se remontan a septiembre de 1973, constatan un incremento de la temperatura 0,03 ° C por año a la superficie y cerca de 0,02 °C por año a 80 metros de profundidad. Además, también se constata un adelanto en el calendario de las condiciones estivales en el mar, del orden de unas 18 horas al año (en proporción, un mes en 40 años).

"La importancia de tener series temporales largas es evidente en este tema", explica Jordi Salat, científico del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar. "En este sentido, la colaboración con José Pascual, de l’Estartit, midiendo la temperatura del mar en el mismo lugar cada semana desde hace 40 años, ha sido crucial para cuantificar muchos aspectos de la evolución del clima en el mar".

Para tener datos de todo el Mediterráneo, hace unos años se constituyó la red de observación T-MedNet (www-t-mednet.org), que está estudiando el aumento de la temperatura del mar en las zonas costeras del Mediterráneo. Es una iniciativa del grupo de investigación Medrecover (www.medrecover.org), en el que participan investigadores del CSIC del Instituto de Ciencias del Mar y del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, y de la Universidad de Barcelona. Actualmente en T-MedNet están implicados catorce centros e instituciones de investigación, además de once organismos y administraciones que gestionan áreas marinas protegidas, y cuentan con el apoyo de trece entidades financiadoras.

Hasta ahora T-MedNet ha permitido la implementación de más de 40 estaciones de medida de temperatura en continuo, en diferentes puntos del Mediterráneo y del Adriático (ver mapa). La temperatura se registra cada hora, con sensores autónomos. Estos últimos se fijan directamente sobre el fondo de roca en diferentes puntos y profundidades (desde cinco hasta 40 metros de profundidad) en cada lugar de estudio.

Los resultados están permitiendo caracterizar y constatar la heterogeneidad en los regímenes térmicos de las zonas costeras, explica Joaquim Garrabou, científico del ICM. "Estos datos son esenciales para conocer las condiciones térmicas a las que están adaptadas las diferentes comunidades y prever como el calentamiento puede afectar a los ecosistemas en el futuro".

T-MedNet está demostrando ser un instrumento eficaz de cooperación internacional. Uno de sus puntos fuertes es la colaboración con MEdPan, red de áreas marinas protegidas (www.medpan.org). En estas áreas, la mayor parte de las actividades humanas están restringidas, lo que las convierte en observatorios privilegiados para estudiar los efectos del cambio climático.

T-MedNet estuvo presente en la Conferencia del Clima COP21, hace unos días en París, para presentar los objetivos y los principales resultados del proyecto, sensibilizar sobre los efectos asociados al cambio climático y la necesidad de monitorizar las zonas costeras. Entre los resultados más interesantes, los científicos han podido relacionar el aumento de temperatura y los casos de mortalidad masiva observados durante las últimas décadas que han afectado a decenas de especies y miles de kilómetros de las costas mediterráneas.

Los biólogos relacionan el aumento de la temperatura con la expansión de especies con afinidades tropicales hacia aguas más templadas, como peces, o microalgas tóxicas (proyecto OSTREORISK). El cambio climático también puede estar jugando un papel importante en el proceso de expansión del coral invasor Oculina patagonica (proyecto CSI-Coral) y sobre el metabolismo de los organismos. Así, por ejemplo, científicos del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) han estudiado la influencia de la temperatura en la capacidad de biotransformación de contaminantes del lenguado, que en un contexto de cambio climático se vería afectada (proyecto Depuramar).

También, relacionada con el cambio climático está la progresiva acidificación de las aguas del mar, con efectos negativos especialmente sobre organismos marinos que cuentan con estructuras calcificadas, como los moluscos o los corales. Algunos estudios han demostrado que estos organismos tienen problemas para calcificar sus estructuras en condiciones más ácidas. Sin embargo, la respuesta de cada organismo es diferente y pueden darse excepciones. Es el caso de los corales de aguas profundas, que crecen muy lentamente, no resultarían tan afectados por la acidificación, tal como se ha descubierto en el proyecto MANIFEST.

Paralelamente, otros científicos estudian el papel del plancton en la emisión oceánica de aerosoles, partículas atmosféricas implicadas en la formación de las nubes (proyectos PEGASO y BIONUC), y los efectos de la deposición de aerosoles de contaminantes y de polvo del Sahara en la columna de agua y los organismos (Proyecto ADEPT). Estos estudios son importantes a la hora de utilizar modelos y proyecciones del cambio climático.

Fuente NCYT


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