Es común que cuando una persona pasa por situaciones que generan estrés aumenten de peso – ya que los altos niveles de la hormona del estrés cortisol puede reducir el autocontrol y aumentas los antojos. No obstante, hay quienes experimentan pérdida de peso. Y, de acuerdo a un nuevo estudio, las diferencias pueden ser explicadas por las formas distintas en que el cuerpo responde al estrés psicológico.
Los autores del estudio, de la Universidad de Nottingham, piensan que el estrés psicológico leve (a diferencia del estrés físico) puede activar la actividad del tejido adiposo marrón – comúnmente conocido como grasa marrón. Ésta aumenta el calor corporal al quemar calorías, en consecuencia aumenta la sensibilidad a la insulina y niveles de azúcar en la sangre balanceados. Ya que la grasa marrón ha demostrado que quema más calorías que la grasa blanca, algunos expertos piensan que incluso tiene el potencial de tratar la obesidad.
Para probar su hipótesis, los investigadores pidieron a cinco mujeres delgadas resolver una serie de pruebas de matemáticas antes de mostrarles un video relajante. Tomaron muestras de saliva para medir los niveles de cortisol de las voluntarias y utilizaron termografía infrarroja para detectar los cambios de temperatura en las áreas de la pile donde la grasa marrón abunda en los humanos (principalmente en el cuello).
Aunque la prueba matemática no estresó a las mujeres, la anticipación de realizarla si. Al aumentar los niveles de cortisona también incremento la temperatura de la grasa marrón, lo que sugiere que niveles más altos de cortisol están relacionados con una mayor actividad de grasa marrón, derivando en la quema de calorías.
Estudios previos han comprobado que las personas con índices de grasa corporal reducidos tienen mayor cantidad de grasa marrón que el resto.
Los investigadores afirman que aun deben entender mejor los factores principales que controlan la actividad de la grasa marrón, pero esperan que en un futuro el hallazgo ayuda a diseñar intervenciones para prevenir y combatir la obesidad y diabetes.
“En el futuro, junto con las intervenciones de dietas y ambientales se podrán introducir nuevas técnicas para aumentar la actividad de la grasa marrón,” concluyen los científicos en el diario Experimental Physiology.
Es importante recalcar que los aspectos positivos asociados con los efectos del estrés leve; los niveles de estrés altos y crónicos pueden deteriorar la salud. Existen practicas que han demostrado efectividad para reducirlo, como un cambio en la alimentación y la meditación.
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