Ahora que El Niño está decayendo, ¿debemos prepararnos para La Niña?


En noviembre pasado, El Niño alcanzó su auge, generando algunos de los eventos más fuertes jamás registrados y causando caos en los patrones climáticos del mundo. Ahora, conforme el océano se enfría, está comenzando a mermar, entonces ¿qué es lo que viene ahora?

Es posible que para el próximo otoño, el Océano Pacífico tropical cambie a un estado que es el opuesto de El Niño, de acuerdo con meteorólogos. Conocido como La Niña, este fenómeno meteorológico viene con su propio conjunto de impactos globales, incluyendo mayores probabilidades de un invierno seco y clima cálido y húmedo en el Sudeste de Asia.

El Niño y la Niña son parte de un ciclo que dura entre tres y siete años. Mientras que el primero cuenta con agua en el océano más caliente de lo normal en el centro y el oriente del Pacífico – mucho más caliente en el caso del excepcional El Niño actual – La Niña cuenta con aguas más frías de los normal en la misma región.

Esos cambios atmosféricos vienen acompañados con alteraciones en la atmosfera: Durante La Niña, el estado seco normal del Pacífico del occidente se intensifica junto con los vientos alisios. Estos efectos atmosféricos desencadenan un efecto domino en el planeta que puede cambiar los patrones normales del clima.

Este El Niño alcanzo su máximo en temperaturas oceánicas en Noviembre y aquellas aguas se han estado enfriando desde entonces, siguiendo una progresión normal. El declive significa que es casi seguro que el océano Pacífico regrese a un estado neutro por aproximadamente dos meses. Lo que aún no sabemos es si permanecerá neutral o continuará enfriándose hasta llegar al estado de La Niña.

La Niña no precede sigue a El Niño, pero basándonos en el récord histórico, es más probable que suceda después de un El Niño potente. Aunque en caso de que suceda, sería alrededor del próximo otoño.

Ahora, los expertos creen que hay un 50% de probabilidades de que La Niña se desarrolle. Este fenómeno puede durar de dos a tres añs debido a las olas de gran escala que genera.

Aún es temprano para saber que tan fuerte sería en caso de que sucediera, pero para mediados de agosto podremos informar con certeza si el oceáno Pacífico se está enfriando más de la cuenta y si nos debemos preparar para recibir a La Niña.




Artículo Anterior Artículo Siguiente