Este nuevo vídeo, procedente del observatorio espacial Herschel de la ESA, revela con todo lujo de detalles el intrincado tejido de gas, polvo y núcleos formativos de estrellas que se extiende a lo largo del plano de la Vía Láctea.
Sobre el fondo difuso de material interestelar emerge una miríada de puntos brillantes, tenues filamentos y efervescentes nebulosas, que marcan los lugares de nuestra Galaxia en que están naciendo nuevas estrellas.
El vídeo se ha compilado ensamblando imágenes procedentes de cientos de horas de observación de Herschel. Abarca casi el 40% del plano de la Vía Láctea, la parte en la que se forma y se encuentra la mayoría de las estrellas de nuestra Galaxia.
Sobre el fondo difuso de material interestelar emerge una miríada de puntos brillantes, tenues filamentos y efervescentes nebulosas, que marcan los lugares de nuestra Galaxia en que están naciendo nuevas estrellas.
El vídeo se ha compilado ensamblando imágenes procedentes de cientos de horas de observación de Herschel. Abarca casi el 40% del plano de la Vía Láctea, la parte en la que se forma y se encuentra la mayoría de las estrellas de nuestra Galaxia.
Nuestra Galaxia, que tiene forma de disco, presenta un diámetro de unos 100.000 años luz, con el Sistema Solar a medio camino entre su centro y la periferia. Desde nuestro punto de observación, este enorme disco a base de estrellas, gas y polvo parece una banda circular que se enrosca sobre sí misma, una imagen tan familiar como la propia Vía Láctea en el cielo nocturno.
Las partes más densas del medio interestelar, formadas por la mezcla de polvo y gas que abunda en nuestra Galaxia, destacan en naranja y rojo sobre el fondo de esta representación en colores generados artificialmente. Estas concentraciones de materia, dispuestas a menudo en estructuras filamentosas y alargadas, son los puntos en que se formarán las futuras generaciones de estrellas.
Los minúsculos puntos blancos desperdigados sobre los filamentos son cúmulos de polvo y gas que albergan el germen de las estrellas que poco a poco van tomando forma.
El gas que brilla en azul y violeta contrasta con todo lo anterior y parece abrasarse con la potente luz emitida por las estrellas recién formadas en sus proximidades. Con esta imagen característica de estrellas “adultas” se completa el catálogo de todas las fases de formación estelar que podemos apreciar en esta espectacular panorámica.
Un conjunto de imágenes individuales extraídas del vídeo muestra varias de las joyas que comprende el Plano Galáctico, como la Nebulosa del Águila, la Nebulosa Pata de Gato o la Nebulosa de la Guerra y la Paz.
Estas nubes ondulantes alojan cúmulos de jóvenes estrellas que brillan con fuerza y provocan fuertes vientos que, a su vez, horadan el material a su alrededor, mientras las nebulosas son testigo del incesante nacimiento de nuevas estrellas en su interior.
La imagen de RCW 120 es un nuevo ejemplo de esta historia inagotable de formación de estrellas: una estrella central, invisible a estas longitudes de ondas de infrarrojos, forma una bella burbuja a su alrededor con la enorme presión de la luz que irradia.
La presión es tan fuerte que ha comprimido el material en los extremos de la burbuja, haciendo que colapse y provocando el nacimiento de nuevas estrellas.
Podemos encontrar otras vistas interesantes cerca del Centro Galáctico, donde la densidad de estrellas es mucho mayor que en cualquier otro punto de la Vía Láctea.
Aquí, las nubes de polvo y gas aparecen dispersas a lo largo de un gran anillo retorcido, de unos 600 años luz de diámetro, que aloja en su interior el agujero negro supermasivo que se encuentra en el núcleo de la Galaxia.
Herschel obtuvo estas vistas inéditas hasta el momento al observar la Vía Láctea con luz infrarroja lejana para detectar el brillo del polvo cósmico, un componente menor, aunque fundamental para la mezcla interestelar a partir de la cual se forman las estrellas. (Fuente: ESA)
Las partes más densas del medio interestelar, formadas por la mezcla de polvo y gas que abunda en nuestra Galaxia, destacan en naranja y rojo sobre el fondo de esta representación en colores generados artificialmente. Estas concentraciones de materia, dispuestas a menudo en estructuras filamentosas y alargadas, son los puntos en que se formarán las futuras generaciones de estrellas.
Los minúsculos puntos blancos desperdigados sobre los filamentos son cúmulos de polvo y gas que albergan el germen de las estrellas que poco a poco van tomando forma.
El gas que brilla en azul y violeta contrasta con todo lo anterior y parece abrasarse con la potente luz emitida por las estrellas recién formadas en sus proximidades. Con esta imagen característica de estrellas “adultas” se completa el catálogo de todas las fases de formación estelar que podemos apreciar en esta espectacular panorámica.
Un conjunto de imágenes individuales extraídas del vídeo muestra varias de las joyas que comprende el Plano Galáctico, como la Nebulosa del Águila, la Nebulosa Pata de Gato o la Nebulosa de la Guerra y la Paz.
Estas nubes ondulantes alojan cúmulos de jóvenes estrellas que brillan con fuerza y provocan fuertes vientos que, a su vez, horadan el material a su alrededor, mientras las nebulosas son testigo del incesante nacimiento de nuevas estrellas en su interior.
La imagen de RCW 120 es un nuevo ejemplo de esta historia inagotable de formación de estrellas: una estrella central, invisible a estas longitudes de ondas de infrarrojos, forma una bella burbuja a su alrededor con la enorme presión de la luz que irradia.
La presión es tan fuerte que ha comprimido el material en los extremos de la burbuja, haciendo que colapse y provocando el nacimiento de nuevas estrellas.
Podemos encontrar otras vistas interesantes cerca del Centro Galáctico, donde la densidad de estrellas es mucho mayor que en cualquier otro punto de la Vía Láctea.
Aquí, las nubes de polvo y gas aparecen dispersas a lo largo de un gran anillo retorcido, de unos 600 años luz de diámetro, que aloja en su interior el agujero negro supermasivo que se encuentra en el núcleo de la Galaxia.
Herschel obtuvo estas vistas inéditas hasta el momento al observar la Vía Láctea con luz infrarroja lejana para detectar el brillo del polvo cósmico, un componente menor, aunque fundamental para la mezcla interestelar a partir de la cual se forman las estrellas. (Fuente: ESA)
Fuente NCYT