La fibromalgia está causada por una disfunción en ciertas terminaciones nerviosas


Un estudio coreano revela el origen de esta enigmática enfermedad

Un grupo de investigación coreano ha determinado que la disfunción de unas terminaciones nerviosas llamadas fibras A-delta es la causa de la fibromialgia. Anteriormente, se pensaba que estas fibras no intervenían en esta enfermedad. El hallazgo nos acerca al conocimiento del origen de la fibromalgia, un trastorno que aún sigue siendo muy enigmático. Por Anabel Paramá.

Se puede considerar que el dolor por sí solo no puede acabar con la vida de una persona. Sin embargo, cuando los dolores inician procesos de depresión, abatimiento, una sensación de constante sufrimiento corporal, etc., sí pueden afectar mucho a la vida de la gente.

Esto es lo que sucede con la fibromialgia, un problema médico sobre el que aún queda mucho por saber. Este misterio está relacionado, entre otras cosas, con la dificultad de concreción diagnóstica o terapéutica de esta enfermedad.

Muchos síndromes acompañados de dolor crónico no parecen estar relacionados con ninguna lesión nerviosa. Pueden ser consecuencia de la amplificación neurobiológica de las señales de dolor. Entre este tipo de síndromes se encuentra la fibromialgia, que genera dolor crónico y difuso a través de todo el cuerpo. Aunque el mecanismo del dolor se desconoce, en conjunto se atribuye a un estímulo continuo que provoca una elevada sensibilización a nivel central.

Partiendo de lo anterior, un grupo de investigación de la Universidad de Korea analizó el “período de silencio cutáneo” (un reflejo espinal que permite evaluar la gestión del dolor por parte del sistema nervioso) para conocer el procesamiento del dolor, tanto en el sistema nervioso central como en el sistema nervioso periférico. De esta manera, pretendían saber los entresijos de este problema médico tan complejo.

En concreto, los investigadores compararon el período de silencio cutáneo entre pacientes que padecen fibromialgia y personas que no muestran dicha enfermedad.

Los resultados obtenidos mostraron que la duración media de este período era significativamente mayor en pacientes con fibromialgia, lo que sugirió que la duración del período de silencio cutáneo podía reflejar una disfunción del control supraespinal (desarrollado por neuronas espinales que se encargan de integrar la información de parte del sistema nervioso).

En qué consiste la fibromialgia

Los primeros estudios sobre fibromialgia datan del siglo XVII, pero hasta 1992 la enfermedad no fue incluida en el catálogo de enfermedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, en muchas ocasiones los facultativos siguen considerándola un trastorno psicológico. Esto muestra que es una grave dolencia sobre la que todavía existen grandes incógnitas.

La fibromialgia es un síndrome que tiene un impacto considerable sobre la actividad física, la salud mental y la calidad de vida de aquellas personas que la sufren, así como de sus familias. Entre los síntomas que manifiesta se encuentran el dolor muscular crónico, la fatiga, la depresión y una aguda sensibilización al tacto.

Esta enfermedad es muy desconcertante. La mayor parte de sus síntomas y signos son comunes a otras alteraciones. Pero no sólo eso, además en su origen intervienen muchos factores tanto genéticos, como epigenéticos, que condicionan las alteraciones en el control del dolor por parte de nuestro sistema nervioso. Todo ello hace que sea difícil su diagnóstico, al igual que su tratamiento.

El hecho de que esta dolencia afecte, en buena medida, a los músculos, ha llevado a pensar que es en ellos donde se encuentra su foco. De ahí que la fibromalgia se haya identificado con procesos no neurológicos. Tanto es así que incluso se considera una de las patologías reumáticas existentes.

La alteración está en el sistema nervioso

Las investigaciones realizadas hasta ahora han mostrado que los pacientes que sufren esta enfermedad tienen unos umbrales de dolor más bajos. Además, presentan una alteración neuroquímica de la médula espinal, así como de zonas del cerebro relacionadas con la regulación (control e integración) del dolor.

El equipo de investigación liderado por el científico Byung-Jo Kim, del departamento de neurología del Centro Médico de la Universidad de Corea, partió de la suposición de que la sensibilización central era el mecanismo principal del procesamiento del dolor en la fibromialgia.

Con esta idea en la cabeza, han llegado a determinar, de manera clara, que un mal funcionamiento en el procesamiento de la información nerviosa de la médula espinal parece ser responsable del dolor sufrido por estos pacientes. De hecho, como veremos ahora, es en estas regiones del sistema nervioso donde están las fibras que originan esta grave dolencia.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores estudiaron el período de silencio cutáneo en pacientes diagnosticados basándose en la evaluación e historial clínico de ellos, y atendiendo a criterios establecidos por el American College of Rheumatology. Pero, ¿qué o quién media este periodo de silencio? Expliquemos un poco este proceso.

Las fibras A-delta

El período de silencio cutáneo es un reflejo espinal protector inhibitorio mediado por las denominadas fibras A-delta cutáneas. Estas neuronas son las que evalúan y controlan el procesamiento del dolor tanto en el sistema nervioso central como en el periférico.

En diversas estructuras de nuestro cuerpo, entre las que se incluyen los músculos, las articulaciones y la piel, existen una serie de terminaciones nerviosas que responden a estímulos potencialmente dañinos y dolorosos, ¿Cómo lo hacen? A través de receptores.

Los estímulos percibidos son convertidos en energía eléctrica para que el sistema nervioso interprete dichos mensajes y los transmita a la corteza cerebral, es decir, al cerebro. Son, concretamente, las fibras A-delta las que responden a estímulos mecánicos y térmicos; y lo hacen a una velocidad relativamente rápida.

Los resultados obtenidos por este equipo de investigación contrastan con estudios previos en los que se empleó esta misma herramienta. En estos otros trabajos, los autores consideraron que las fibras A-delta no despertaban interés para el estudio de posibles causas subyacentes a la fibromialgia. Sin embargo, el equipo de Kim, tras analizar que todos los pacientes estudiados con el síndrome mostraban una disfunción de dichas fibras, se plantearon, ¿por qué no?

Retos en el estudio de la fiblomialgia

Sin duda alguna, la ciencia no suele avanzar de manera lineal. De hecho, suelen producirse soluciones a un mismo problema pero desde distintas perspectivas o enfoques. En este sentido, y en ocasiones, los investigadores asumen retos y contradicen la tónica dominante en su disciplina científica.

El presente trabajo es un buen ejemplo de ello. El grupo de investigación aceptó un gran reto, trabajar a contracorriente. Esto podría suponer que el dinero, el tiempo, el esfuerzo invertido, etc. no aportasen ningún dato nuevo y, por tanto, no se habría producido ningún avance.

Estas ideas son las que hacen que trabajos como este sean sumamente interesantes. No tanto por la gran cantidad de información aportada, sino porque abren una nueva puerta a líneas futuras de investigación. De hecho, y pese a que buena parte de la comunidad científica había asumido que las fibras A-delta no intervenían, ellos repitieron la prueba al menos veinte veces en cada uno de los pacientes para probar si estas fibras estaban alteradas. Efectivamente lo estaban.

Por otro lado, el periodo de latencia cutáneo tampoco tenía gran interés para los demás científicos. Esto llevó a este grupo a asumir otro riesgo y centrarse en él. Gracias a ello, el grupo de Kim indica que este fenómeno podría ser una señal para seguir indagando por su mismo camino. De este modo, y ahora sí, podríamos llegar a conocer la causa principal de la fibromialgia.

Kim y su equipo son conscientes de que el trabajo debería ser ampliado a un mayor número de pacientes. Sin embargo, recalcan que los resultados obtenidos abren nuevos campos de estudio que podrían permitir obtener datos clave para el conocimiento de esta enfermedad tan enigmática.

Fuente TENDENCIAS 21



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