Una reciente investigación sugiere que el ejercicio físico podría proporcionar algo de protección frente a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
El equipo de Nathan Johnson, de la Universidad de Kentucky en Estados Unidos, ha logrado demostrar una correlación positiva entre la buena forma física conseguida por el ejercicio físico, y el flujo sanguíneo en áreas del cerebro donde se detectan normalmente por vez primera las placas y ovillos distintivos de la patología del Mal de Alzheimer.
En la investigación, 30 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 59 y los 69 años fueron sometidos a una serie de evaluaciones físicas sobre una cinta móvil (rueda de andar), y exámenes mediante ultrasonidos, para determinar su nivel de buena forma física así como el estado de salud del corazón. Después se les escaneó el cerebro en busca de flujos sanguíneos hacia ciertas áreas de este.
Los resultados indican que el flujo sanguíneo hacia áreas críticas del cerebro, y por tanto el suministro de oxígeno y nutrientes vitales, era mayor en aquellos sujetos de estudio que estaban físicamente en mejor forma.
En palabras sencillas, este estudio demuestra que hacer ejercicio físico con regularidad a cualquier edad puede ayudar a mantener la mente joven.
Johnson matiza que no es posible probar de forma irrefutable que una mejor forma física ayuda a evitar el Mal de Alzheimer, pero este es un importante primer paso hacia la demostración de que mantener un buen nivel de actividad física mejora el flujo sanguíneo al cerebro y confiere cierta protección ante las demencias, y al contrario, que las personas que poseen estilos de vida sedentarios, especialmente aquellas que están genéticamente predispuestas al Mal de Alzheimer, podrían ser más susceptibles a él.
Los resultados indican que el flujo sanguíneo hacia áreas críticas del cerebro, y por tanto el suministro de oxígeno y nutrientes vitales, era mayor en aquellos sujetos de estudio que estaban físicamente en mejor forma.
En palabras sencillas, este estudio demuestra que hacer ejercicio físico con regularidad a cualquier edad puede ayudar a mantener la mente joven.
Johnson matiza que no es posible probar de forma irrefutable que una mejor forma física ayuda a evitar el Mal de Alzheimer, pero este es un importante primer paso hacia la demostración de que mantener un buen nivel de actividad física mejora el flujo sanguíneo al cerebro y confiere cierta protección ante las demencias, y al contrario, que las personas que poseen estilos de vida sedentarios, especialmente aquellas que están genéticamente predispuestas al Mal de Alzheimer, podrían ser más susceptibles a él.
Fuente NCYT