Varios objetos ricos en hielo en nuestro sistema solar poseen mares bajo sus superficies y en ellos la vida podría desarrollarse y prosperar. Esta posibilidad se asume desde hace algún tiempo, y las conclusiones de una nueva investigación, realizada por Jesper Lindkvist, del Instituto Sueco de Física Espacial y la Universidad de Umea en Suecia, respaldan ahora esta creencia.
Además de aceptarse la existencia de un gran océano dentro de Europa, luna de Júpiter, se especula desde hace algún tiempo con la posible existencia de otro océano subterráneo en Calisto, otro satélite natural de Júpiter. Las observaciones del entorno espacial próximo a Calisto mediante instrumentos a bordo de la sonda Galileo, que orbitó Júpiter, han llevado a creer que tal océano bajo la superficie existe. Las simulaciones por ordenador de las interacciones del plasma espacial apoyan esta creencia.
Por otro lado, se ha detectado una salida de vapor de agua desde la superficie del miniplaneta (planeta enano) Ceres, que se encuentra en el cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter. Esto podría indicar la presencia de un depósito natural de agua, relacionado también con un gran mar bajo la superficie. La nave espacial Dawn se halla en Ceres ahora mismo, intentando responder a esta pregunta.
Otros astros de nuestro sistema solar ricos en hielo presentan rasgos delatadores de la existencia de un océano bajo la superficie.
Parece, por tanto, que los mares subterráneos en astros ricos en hielo no son una rareza. Encontrar, más allá de toda duda, un océano bajo la superficie de una luna, puede implicar que el mismo rasgo está presente con grandes probabilidades en otros astros parecidos. ¿Es este hábitat potencial más abundante en el universo que el hábitat de superficie? La respuesta a esta pregunta bien podría ser: Sí. “Si alguien estaba planeando construir una futura base espacial en uno de estos objetos del sistema solar, por ejemplo para buscar señales de vida en él, yo le sugeriría que se lleve una broca extralarga para hielo y su equipo de pesca”, dice Lindkvist medio en broma y medio en serio.
Por otro lado, se ha detectado una salida de vapor de agua desde la superficie del miniplaneta (planeta enano) Ceres, que se encuentra en el cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter. Esto podría indicar la presencia de un depósito natural de agua, relacionado también con un gran mar bajo la superficie. La nave espacial Dawn se halla en Ceres ahora mismo, intentando responder a esta pregunta.
Otros astros de nuestro sistema solar ricos en hielo presentan rasgos delatadores de la existencia de un océano bajo la superficie.
Parece, por tanto, que los mares subterráneos en astros ricos en hielo no son una rareza. Encontrar, más allá de toda duda, un océano bajo la superficie de una luna, puede implicar que el mismo rasgo está presente con grandes probabilidades en otros astros parecidos. ¿Es este hábitat potencial más abundante en el universo que el hábitat de superficie? La respuesta a esta pregunta bien podría ser: Sí. “Si alguien estaba planeando construir una futura base espacial en uno de estos objetos del sistema solar, por ejemplo para buscar señales de vida en él, yo le sugeriría que se lleve una broca extralarga para hielo y su equipo de pesca”, dice Lindkvist medio en broma y medio en serio.
Fuente NCYT