¿Somos los humanos algo único y estamos solos en el vasto universo? Esta pregunta, resumida en la famosa ecuación de Drake, ha sido durante medio siglo una de las más inciertas e irresolubles de la ciencia.
Pero un nuevo estudio muestra que los recientes descubrimientos de exoplanetas, combinados con un enfoque más amplio sobre el tema, posibilitan asignar una nueva probabilidad empíricamente válida a la cuestión de si alguna otra civilización tecnológicamente avanzada ha llegado a existir.
Y muestra que, a menos que las posibilidades de que se desarrolle vida avanzada en un planeta habitable sean asombrosamente bajas, la humanidad no es la primera civilización tecnológicamente avanzada del universo.
La pregunta de si existen civilizaciones avanzadas en otros lugares del universo ha sufrido siempre el problema de que existen tres grandes incertidumbres en la ecuación de Drake, tal como señala Adam Frank, profesor de física y astronomía en la Universidad de Rochester en Estados Unidos y coautor del estudio. Se sabe desde hace tiempo cuántas estrellas existen, aproximadamente. No sabíamos en cambio cuántas de ellas tienen planetas potencialmente capaces de albergar vida, cuán frecuentemente podría esta surgir y evolucionar hasta dar lugar a seres inteligentes, y cuánto podría durar una civilización antes de extinguirse.
Gracias al satélite astronómico Kepler de la NASA y otras investigaciones, sabemos ahora que más o menos una quinta parte de las estrellas tienen planetas en la zona habitable a su alrededor, la franja orbital donde las temperaturas permiten la existencia de agua líquida en la superficie de un mundo y que podrían sostener la vida tal y como la conocemos. Así que una de las tres grandes incertidumbres ha visto ahora reducido notablemente su margen de duda.
La tercera gran pregunta, cuánto pueden sobrevivir las civilizaciones, es algo todavía completamente desconocido. El hecho de que los humanos hayamos tenido tecnología rudimentaria durante unos diez mil años no nos dice realmente si otras sociedades durarían tanto o quizá mucho más, tal como razona Frank.
Pero Frank y Woodruff Sullivan, de la Universidad de Washington, llegaron a la conclusión de que pueden eliminar del todo ese factor expandiendo simplemente la pregunta.
En vez de preguntar cuántas civilizaciones podrían existir ahora, ellos proponen cambiar la pregunta a “¿Somos nosotros la única especie avanzada tecnológicamente que ha surgido en el universo?”. Este cambio elimina la incertidumbre de la pregunta sobre la duración de la vida de una civilización y permite abordar con mayores garantías de éxito el enigma de cuán a menudo se ha desarrollado la vida hasta un estado avanzado en la historia del universo.
En vez de hacer suposiciones sobre las probabilidades de que se desarrolle vida avanzada en otras partes del universo, Frank y Sullivan calcularon las probabilidades de que eso no suceda nunca con la única excepción de la Tierra. O, dicho de otro modo, calcularon las probabilidades de que la humanidad sea la única civilización avanzada en toda la historia del universo observable.
Con eso, calcularon después las probabilidades de que la humanidad haya sido la única civilización en el cosmos, y las probabilidades de que otras hayan existido antes que nosotros.
¿El resultado? Aplicando los nuevos datos sobre exoplanetas a la inmensa cantidad de estrellas que se estima existen en el universo (2 x 10 elevado a 22, o sea un 2 seguido por 22 ceros), Frank y Sullivan han encontrado que la civilización humana debe ser la única en el cosmos solo si la probabilidad de que se desarrolle una en otro planeta habitable es menor de 1 entre 10.000.000.000.000.000.000.000.
"Esa cifra es increíblemente pequeña”, afirma Frank. “Para mí, ello implica que es muy probable que antes de nosotros se haya desarrollado otra especie inteligente capaz de producir tecnología”.
La pregunta de si existen civilizaciones avanzadas en otros lugares del universo ha sufrido siempre el problema de que existen tres grandes incertidumbres en la ecuación de Drake, tal como señala Adam Frank, profesor de física y astronomía en la Universidad de Rochester en Estados Unidos y coautor del estudio. Se sabe desde hace tiempo cuántas estrellas existen, aproximadamente. No sabíamos en cambio cuántas de ellas tienen planetas potencialmente capaces de albergar vida, cuán frecuentemente podría esta surgir y evolucionar hasta dar lugar a seres inteligentes, y cuánto podría durar una civilización antes de extinguirse.
Gracias al satélite astronómico Kepler de la NASA y otras investigaciones, sabemos ahora que más o menos una quinta parte de las estrellas tienen planetas en la zona habitable a su alrededor, la franja orbital donde las temperaturas permiten la existencia de agua líquida en la superficie de un mundo y que podrían sostener la vida tal y como la conocemos. Así que una de las tres grandes incertidumbres ha visto ahora reducido notablemente su margen de duda.
La tercera gran pregunta, cuánto pueden sobrevivir las civilizaciones, es algo todavía completamente desconocido. El hecho de que los humanos hayamos tenido tecnología rudimentaria durante unos diez mil años no nos dice realmente si otras sociedades durarían tanto o quizá mucho más, tal como razona Frank.
Pero Frank y Woodruff Sullivan, de la Universidad de Washington, llegaron a la conclusión de que pueden eliminar del todo ese factor expandiendo simplemente la pregunta.
En vez de preguntar cuántas civilizaciones podrían existir ahora, ellos proponen cambiar la pregunta a “¿Somos nosotros la única especie avanzada tecnológicamente que ha surgido en el universo?”. Este cambio elimina la incertidumbre de la pregunta sobre la duración de la vida de una civilización y permite abordar con mayores garantías de éxito el enigma de cuán a menudo se ha desarrollado la vida hasta un estado avanzado en la historia del universo.
En vez de hacer suposiciones sobre las probabilidades de que se desarrolle vida avanzada en otras partes del universo, Frank y Sullivan calcularon las probabilidades de que eso no suceda nunca con la única excepción de la Tierra. O, dicho de otro modo, calcularon las probabilidades de que la humanidad sea la única civilización avanzada en toda la historia del universo observable.
Con eso, calcularon después las probabilidades de que la humanidad haya sido la única civilización en el cosmos, y las probabilidades de que otras hayan existido antes que nosotros.
¿El resultado? Aplicando los nuevos datos sobre exoplanetas a la inmensa cantidad de estrellas que se estima existen en el universo (2 x 10 elevado a 22, o sea un 2 seguido por 22 ceros), Frank y Sullivan han encontrado que la civilización humana debe ser la única en el cosmos solo si la probabilidad de que se desarrolle una en otro planeta habitable es menor de 1 entre 10.000.000.000.000.000.000.000.
"Esa cifra es increíblemente pequeña”, afirma Frank. “Para mí, ello implica que es muy probable que antes de nosotros se haya desarrollado otra especie inteligente capaz de producir tecnología”.
Fuente NCYT