Muy por encima de los trópicos terrestres, hace unos meses un patrón de vientos cambió de una forma que la comunidad científica jamás había visto en 60 años de mediciones continuadas de dicho patrón.
Esta alteración de ese patrón de vientos (llamado “oscilación cuasibienal") no tuvo ningún impacto inmediato en el tiempo meteorológico o en el clima tal como los experimentamos en la superficie de la Tierra. Pero plantea preguntas interesantes y quizá inquietantes para las cuales los científicos de la NASA que la observaron no tienen todavía respuesta: si un patrón se mantiene durante seis décadas y después súbitamente cambia, ¿qué lo ha producido? ¿Volverá a ocurrir? ¿Qué efectos podría tener?
El equipo de Paul Newman, científico jefe para Ciencias de la Tierra en el Centro Goddard de vuelos espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, ha estado investigando la anomalía.
Los vientos en la estratosfera tropical, una capa atmosférica que se extiende desde aproximadamente 16 kilómetros de altitud hasta unos 50 (desde 10 hasta 30 millas) por encima de la superficie terrestre, rodean el planeta en direcciones alternas, hacia el este y hacia el oeste, siguiendo ciclos que duran más o menos un período de dos años. Los vientos del oeste se desarrollan en la parte superior de la estratosfera, y gradualmente descienden hacia la zona baja, a unos 16 kilómetros por encima de la superficie, mientras al mismo tiempo son reemplazados por una capa de vientos del este situada sobre ellos. A su vez, estos últimos descenderán y serán reemplazados por los del oeste.
Este patrón se repite cada 28 meses. En la década de 1960, fue cuando se le dio al fenómeno el nombre de “oscilación cuasibienal”.
El patrón nunca cambió, hasta finales de 2015. Cuando el año se acababa, los vientos del oeste se acercaban al final de su descenso habitual. De haberse seguido el patrón regular, los vientos del este los habrían reemplazado pronto. Pero entonces, inesperadamente, los del oeste parecieron moverse hacia arriba y bloquear el movimiento descendente de los del este. Este nuevo patrón se mantuvo durante casi medio año, y a partir de julio de 2016 parece haberse reanudado el viejo patrón.
Con esta alteración ahora documentada, Newman y sus colegas están actualmente centrándose en estudiar tanto sus causas como sus repercusiones potenciales. La investigación es importante debido, entre otras cosas, a que la oscilación cuasibienal tiene una amplia influencia en las condiciones estratosféricas.
Los vientos en la estratosfera tropical, una capa atmosférica que se extiende desde aproximadamente 16 kilómetros de altitud hasta unos 50 (desde 10 hasta 30 millas) por encima de la superficie terrestre, rodean el planeta en direcciones alternas, hacia el este y hacia el oeste, siguiendo ciclos que duran más o menos un período de dos años. Los vientos del oeste se desarrollan en la parte superior de la estratosfera, y gradualmente descienden hacia la zona baja, a unos 16 kilómetros por encima de la superficie, mientras al mismo tiempo son reemplazados por una capa de vientos del este situada sobre ellos. A su vez, estos últimos descenderán y serán reemplazados por los del oeste.
Este patrón se repite cada 28 meses. En la década de 1960, fue cuando se le dio al fenómeno el nombre de “oscilación cuasibienal”.
El patrón nunca cambió, hasta finales de 2015. Cuando el año se acababa, los vientos del oeste se acercaban al final de su descenso habitual. De haberse seguido el patrón regular, los vientos del este los habrían reemplazado pronto. Pero entonces, inesperadamente, los del oeste parecieron moverse hacia arriba y bloquear el movimiento descendente de los del este. Este nuevo patrón se mantuvo durante casi medio año, y a partir de julio de 2016 parece haberse reanudado el viejo patrón.
Con esta alteración ahora documentada, Newman y sus colegas están actualmente centrándose en estudiar tanto sus causas como sus repercusiones potenciales. La investigación es importante debido, entre otras cosas, a que la oscilación cuasibienal tiene una amplia influencia en las condiciones estratosféricas.
Fuente NCYT