La autenticidad del Códice de Grolier ha sido disputada durante las ultimas cuatro décadas. Y ahora, un grupo de investigadores, de la Universidad de Brown, que revisitó el raro texto Maya argumenta que no hay manera de que fuera una falsificación.
Si el Códice de Grolier – de 800 años de antigüedad – es en realidad autentico, sería el manuscrito de papel más antiguo de América y uno de los únicos cuatro códices mayas conocidos a la fecha.
El código fragmentario está conformado por 10 hojas pintadas con jeroglíficos mayas, con representaciones de deidades y un calendario que mide el movimiento del planeta Venus – movimiento importante para rituales religiosos.
El calendarios se extiende hasta 104 años, lo que significa que el códice pudo haber sido usado por al menos tres generaciones de sacerdotes del calendario, explican los autores del nuevo estudio.
Para la cultura Maya, Venus era un presagio de eventos desafortunados y los distintos ciclos del planeta estaban ligados a dioses en particular – la mayoría de los cuales son representados en el Códice de Grolier como peligrosos, sosteniendo armas como lanzas, dardos y cuchillos utilizados para degollar.
De procedencia dudosa…
Cuando apareció por primera vez en la década de los 70, el códice fue visto como una posible falsificación. Aquellos sospechan surgieron en parte por la historia turbia de cómo fue conseguido; no fue descubierto por arqueólogos, sino saqueadores, quienes lo vendieron al coleccionista mexicano Josué Sáenz a finales de la década de 1960.
Sáenz presentó lo que muchos escolares era una estrafalaria historia acerca de cómo había adquirido el manuscrito. Dijo que fue llevado en avión a un área remota del estado de Chiapas. Ahí supuestamente los saqueadores le mostraron el códice, junto con otros artefactos mayas, y le dijeron que los objetos habían sido encontrados en una cueva.
Evidencia de autenticidad
El nuevo estudio, publicado en el diario Maya Archeology, los investigadores presentaron fechas por medio de radiocarbono que muestran que el manuscrito data del siglo XIII. Esto sugeriría que el texto fue creado a finales del periodo post-clásico (900-1250 d.C.), cuando Chichen Itzá y Tula estaban iniciando su declive, y los investigadores dicen que el Códice de Grolier contiene imágenes similares a las encontradas en ambos sitios arqueológicos.
Y aunque antes los escépticos habían argumentado que el falsificador pudo haber usado papel genuino antiguo de los Mayas, el códice tiene características que los expertos desconocían de los matas en la década de los 60, por lo tanto el falsificador no pudo haber conocido esas características. Por ejemplo, el manuscrito contiene imágenes de deidades que aún no habían sido descubiertas, explican los autores del estudio.
El calendarios se extiende hasta 104 años, lo que significa que el códice pudo haber sido usado por al menos tres generaciones de sacerdotes del calendario, explican los autores del nuevo estudio.
Para la cultura Maya, Venus era un presagio de eventos desafortunados y los distintos ciclos del planeta estaban ligados a dioses en particular – la mayoría de los cuales son representados en el Códice de Grolier como peligrosos, sosteniendo armas como lanzas, dardos y cuchillos utilizados para degollar.
De procedencia dudosa…
Cuando apareció por primera vez en la década de los 70, el códice fue visto como una posible falsificación. Aquellos sospechan surgieron en parte por la historia turbia de cómo fue conseguido; no fue descubierto por arqueólogos, sino saqueadores, quienes lo vendieron al coleccionista mexicano Josué Sáenz a finales de la década de 1960.
Sáenz presentó lo que muchos escolares era una estrafalaria historia acerca de cómo había adquirido el manuscrito. Dijo que fue llevado en avión a un área remota del estado de Chiapas. Ahí supuestamente los saqueadores le mostraron el códice, junto con otros artefactos mayas, y le dijeron que los objetos habían sido encontrados en una cueva.
Evidencia de autenticidad
El nuevo estudio, publicado en el diario Maya Archeology, los investigadores presentaron fechas por medio de radiocarbono que muestran que el manuscrito data del siglo XIII. Esto sugeriría que el texto fue creado a finales del periodo post-clásico (900-1250 d.C.), cuando Chichen Itzá y Tula estaban iniciando su declive, y los investigadores dicen que el Códice de Grolier contiene imágenes similares a las encontradas en ambos sitios arqueológicos.
Y aunque antes los escépticos habían argumentado que el falsificador pudo haber usado papel genuino antiguo de los Mayas, el códice tiene características que los expertos desconocían de los matas en la década de los 60, por lo tanto el falsificador no pudo haber conocido esas características. Por ejemplo, el manuscrito contiene imágenes de deidades que aún no habían sido descubiertas, explican los autores del estudio.
Fuente MUY INTERESANTE
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Mayas