Los quásares son agujeros negros supermasivos con un "envoltorio" ultraluminoso. Se hallan en el centro de enormes galaxias, capturando materia, y brillan tanto que a menudo se habla de ellos como balizas del cosmos profundo y figuran entre los objetos más alejados en el universo que podemos estudiar actualmente.
El equipo de Eduardo Bañados, del Instituto Carnegie de Ciencia en Estados Unidos, ha descubierto 63 quásares de la época en que el universo tenía solo 1.000 millones de años (en la actualidad tiene casi 14.000 millones). Las imágenes ahora captadas de tales objetos se deben a la luz que emitieron en aquella época y que, debido a la enorme distancia que nos separa de ellos, solo ahora está llegando a nuestra región del universo.
Se trata de la serie más grande de tales quásares distantes presentada en una única investigación hecha pública en un artículo académico. Tanto es así que casi ha multiplicado por dos el número de quásares arcaicos conocidos anteriormente.
Hasta ahora, la población de quásares muy antiguos conocidos era tan pequeña que la capacidad de la comunidad científica para recoger información sobre ellos era muy limitada. Uno de los principales retos en la búsqueda de estos quásares lejanos es que son extremadamente raros. Los científicos los han buscado durante décadas, pero el esfuerzo es comparable al de buscar una aguja en un pajar.
Los quásares descubiertos por el equipo de Bañados proporcionarán información valiosa de los primeros mil millones de años después del Big Bang (la "explosión" con la que se formó el universo), que es un período de gran interés para los astrónomos.
La formación y evolución en el universo de las primeras fuentes de luz y de las primeras estructuras catalogables como astros es uno de los grandes misterios en la astronomía. Quásares muy brillantes como los 63 descubiertos en este estudio son las mejores herramientas para ayudarnos a sondear el universo temprano. Hasta ahora, los resultados concluyentes han sido pocos debido al tamaño muy pequeño de la muestra disponible de quásares antiguos. Gracias al aumento de la muestra, es previsible que en un futuro cercano se registren avances importantes.
Se trata de la serie más grande de tales quásares distantes presentada en una única investigación hecha pública en un artículo académico. Tanto es así que casi ha multiplicado por dos el número de quásares arcaicos conocidos anteriormente.
Hasta ahora, la población de quásares muy antiguos conocidos era tan pequeña que la capacidad de la comunidad científica para recoger información sobre ellos era muy limitada. Uno de los principales retos en la búsqueda de estos quásares lejanos es que son extremadamente raros. Los científicos los han buscado durante décadas, pero el esfuerzo es comparable al de buscar una aguja en un pajar.
Los quásares descubiertos por el equipo de Bañados proporcionarán información valiosa de los primeros mil millones de años después del Big Bang (la "explosión" con la que se formó el universo), que es un período de gran interés para los astrónomos.
La formación y evolución en el universo de las primeras fuentes de luz y de las primeras estructuras catalogables como astros es uno de los grandes misterios en la astronomía. Quásares muy brillantes como los 63 descubiertos en este estudio son las mejores herramientas para ayudarnos a sondear el universo temprano. Hasta ahora, los resultados concluyentes han sido pocos debido al tamaño muy pequeño de la muestra disponible de quásares antiguos. Gracias al aumento de la muestra, es previsible que en un futuro cercano se registren avances importantes.
Fuente NCYT