Hace pocos meses que la sonda Juno de la NASA llegó a Júpiter. Sin embargo, en un viaje que fue todo un éxito, es mucho lo que se espera de esta misión. De momento, no está defraudando y son grandes las sorpresas que llegan desde el gigantesco y terrorífico planeta gaseoso. Por ejemplo, que las líneas superficiales que se observan son más profundas que una simple «piel», tal como muchos creían.
¿Recuerdas la misión Juno? Aquí tienes toda la información: «La sonda Juno de la NASA llega a Júpiter, el planeta más peligroso del Sistema Solar»
El vuelo de la sonda Juno
Cuando la sonda Juno llegó a Júpiter, realizó diversos vuelos para calibrar los aparatos de medición en un ambiente de fuerte radiación y gravedad ejercida por Júpiter. Sin embargo, las primeras pruebas ya dieron resultados.
Las líneas que vemos en su superficie son en realidad nubes, pero la luz óptica no puede penetrar en ellas para ver qué hay debajo. Sin embargo, losinstrumentos de microondas que porta la sonda Juno pueden probar que dichas nubes tienen en realidad diferentes profundidades.
Gracias a esta instrumentación, se ha podido crear un mapa del planeta como si fuesen las capas de una cebolla. Al realizar este ejercicio de «pelar» Júpiter como si fuese el citado vegetal, se ha descubierto que en realidad, algunas de ellas llegan hasta una enorme profundidad en el gaseoso gigante.
La estructura de algunas zonas y cinturones existen a gran profundidad dentro del planeta. Es decir, que lo que sea que produce los diversos colores y líneas en la superficie visible del gigantesco mundo está realmente hondo en el interior de Júpiter. No se sabe aún qué puede ser.
Las nuevas imágenes que se han recibido penetran en Júpiter unos 300 o 400 kilómetros más allá de la capa superficial de nubes. Pero se ha observado que las bandas de la parte superior de dichas nubes no son exactamente idénticas a las bandas vistas en las capas subsecuentes, aunque poseen claras y poderosas similitudes. Según afirman los investigadores encargados de la misión Juno, es la primera vez que estudiamos las dinámicas atmosféricas de un planeta gaseoso en sus niveles más básicos.
Cuando la sonda Juno llegó a Júpiter, realizó diversos vuelos para calibrar los aparatos de medición en un ambiente de fuerte radiación y gravedad ejercida por Júpiter. Sin embargo, las primeras pruebas ya dieron resultados.
Las líneas que vemos en su superficie son en realidad nubes, pero la luz óptica no puede penetrar en ellas para ver qué hay debajo. Sin embargo, losinstrumentos de microondas que porta la sonda Juno pueden probar que dichas nubes tienen en realidad diferentes profundidades.
Gracias a esta instrumentación, se ha podido crear un mapa del planeta como si fuesen las capas de una cebolla. Al realizar este ejercicio de «pelar» Júpiter como si fuese el citado vegetal, se ha descubierto que en realidad, algunas de ellas llegan hasta una enorme profundidad en el gaseoso gigante.
La estructura de algunas zonas y cinturones existen a gran profundidad dentro del planeta. Es decir, que lo que sea que produce los diversos colores y líneas en la superficie visible del gigantesco mundo está realmente hondo en el interior de Júpiter. No se sabe aún qué puede ser.
Las nuevas imágenes que se han recibido penetran en Júpiter unos 300 o 400 kilómetros más allá de la capa superficial de nubes. Pero se ha observado que las bandas de la parte superior de dichas nubes no son exactamente idénticas a las bandas vistas en las capas subsecuentes, aunque poseen claras y poderosas similitudes. Según afirman los investigadores encargados de la misión Juno, es la primera vez que estudiamos las dinámicas atmosféricas de un planeta gaseoso en sus niveles más básicos.
Mas detalles de Júpiter
Juno, ya trabajando a buen nivel, también ha enviado imágenes reveladoras. Por ejemplo, la línea de terminación de Júpiter. Es decir, el lugar donde acaba la noche y comienza el día.
En la imagen se ve un ciclón creciendo sobre la principal capa atmosférica del planeta. La tormenta aparece con unos 85 kilómetros de alto y una extensión de unos 7000 kilómetros, es decir, la mitad de la anchura de la Tierra, para que te hagas una idea del monstruoso fenómeno.
La sonda Juno acaba de empezar su trabajo en uno de los ambientes más extremos que se conocen en el Sistema Solar. Y los datos son muy reveladores. Es normal que tanto la NASA como la comunidad científica estén muy esperanzados sobre cuanto se recoja de Júpiter con esta exitosa misión espacial.
Juno, ya trabajando a buen nivel, también ha enviado imágenes reveladoras. Por ejemplo, la línea de terminación de Júpiter. Es decir, el lugar donde acaba la noche y comienza el día.
En la imagen se ve un ciclón creciendo sobre la principal capa atmosférica del planeta. La tormenta aparece con unos 85 kilómetros de alto y una extensión de unos 7000 kilómetros, es decir, la mitad de la anchura de la Tierra, para que te hagas una idea del monstruoso fenómeno.
La sonda Juno acaba de empezar su trabajo en uno de los ambientes más extremos que se conocen en el Sistema Solar. Y los datos son muy reveladores. Es normal que tanto la NASA como la comunidad científica estén muy esperanzados sobre cuanto se recoja de Júpiter con esta exitosa misión espacial.
Fuente VIX