La ciencia lo ha confirmado: los seres humanos son afectados por la energía del entorno social, que puede ser absorbida o transmitida. Varios estudios llevados adelante por distintos grupos de investigadores permitieron llegar a la conclusión de que la energía se transmite de una persona a otra, lo que representa un hecho de física pura.
Olivia Lee Bader, médica y terapeuta, realizó un estudio con algas en el que pudo corroborar cómo la energía fluye a través de éstas, siendo absorbida o transmitida, según el caso, en un proceso que podría aplicarse también a los humanos. Además, un estudio de la Universidad de Bielefield, en Alemania, concluyó que las plantas absorben la energía de otras plantas a su alrededor.
A partir de ambos estudios, se pudo concluir que todo lo que interactúa con el entorno tiene una carga de energía que se transmite de una entidad biológica a otra. Esta carga puede ser positiva o negativa, dependiendo de muchos factores. Cuando una persona se encuentra bien, tiene mucha energía positiva que puede contagiar al resto; del mismo modo, alguien que no está bien puede afectar negativamente a su entorno.
Fuente HISTORY
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Energía