¿Sería posible lograr algún día que a los humanos nos creciera de nuevo un brazo o una pierna amputados, o se restaurase por completo la funcionalidad de nuestro sistema nervioso después de una lesión de médula espinal?
Un nuevo estudio sobre los gusanos bellota o enteropneustos (clase Enteropneusta) indica que ese logro podría algún día ser posible. Los citados gusanos viven bajo la arena alrededor de los arrecifes de coral. Su aspecto y anatomía son muy diferentes a los nuestros, pero su relación ancestral con los cordados hace que posean una composición genética sorprendentemente similar a la nuestra.
El estudio llevado a cabo por el equipo de Shawn Luttrell y Billie Swalla, de la Universidad de Washington en la ciudad estadounidense de Seattle, ha mostrado que los gusanos bellota pueden hacer crecer desde cero cualquier parte importante de su cuerpo, incluyendo la cabeza, el sistema nervioso y los órganos internos, tras ser partidos por la mitad. Si los científicos pudiesen concretar con precisión qué red genética es responsable de esta proeza biológica, podrían ser capaces de hacer crecer extremidades en humanos mediante la estrategia de manipular del modo adecuado nuestra herencia genética que tenemos en común con esos gusanos.
Compartimos miles de genes con esos animales, y tenemos muchos, sino todos, de los genes que usan para regenerar sus estructuras corporales. Este hecho podría por tanto ser de extrema importancia para lograr la regeneración del sistema nervioso central en humanos si podemos averiguar el mecanismo que utilizan los gusanos para ello.
En el nuevo estudio, se ha visto que cuando el gusano bellota es cortado por la mitad, a cada pedazo le vuelve a crecer la parte que le falta, ya sea la que acaba en la cola, o la que acaba en la cabeza, manteniendo una perfecta proporción con la mitad ya existente. Esto es comparable al caso de una persona que en un accidente quedase partida en dos por la cintura, y que, en vez de acabar eso en muerte, activase un proceso en el cual la mitad inferior produjera un nuevo tronco completo con brazos y cabeza, y la superior hiciera crecer unas nuevas piernas.
Después de tres o cuatro días, los gusanos comienzan a producir una probóscide y una boca. De cinco a diez días después de la mutilación, reaparecen el corazón y los riñones. Hacia el día 15, los gusanos ya cuentan con un tubo neural completamente nuevo. En humanos, esto equivale a la médula espinal y el cerebro.
Cada gusano completado a partir de la mitad del original continúa viviendo, y posteriores cortes producirán también gusanos sanos una vez hayan crecido todas las partes del cuerpo necesarias.
Compartimos miles de genes con esos animales, y tenemos muchos, sino todos, de los genes que usan para regenerar sus estructuras corporales. Este hecho podría por tanto ser de extrema importancia para lograr la regeneración del sistema nervioso central en humanos si podemos averiguar el mecanismo que utilizan los gusanos para ello.
En el nuevo estudio, se ha visto que cuando el gusano bellota es cortado por la mitad, a cada pedazo le vuelve a crecer la parte que le falta, ya sea la que acaba en la cola, o la que acaba en la cabeza, manteniendo una perfecta proporción con la mitad ya existente. Esto es comparable al caso de una persona que en un accidente quedase partida en dos por la cintura, y que, en vez de acabar eso en muerte, activase un proceso en el cual la mitad inferior produjera un nuevo tronco completo con brazos y cabeza, y la superior hiciera crecer unas nuevas piernas.
Después de tres o cuatro días, los gusanos comienzan a producir una probóscide y una boca. De cinco a diez días después de la mutilación, reaparecen el corazón y los riñones. Hacia el día 15, los gusanos ya cuentan con un tubo neural completamente nuevo. En humanos, esto equivale a la médula espinal y el cerebro.
Cada gusano completado a partir de la mitad del original continúa viviendo, y posteriores cortes producirán también gusanos sanos una vez hayan crecido todas las partes del cuerpo necesarias.
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Biología