La forma de los dos enjambres de electrones, situados a entre 1.000 y más de 40.000 km de la superficie de la Tierra, conocidos como Cinturones de Van Allen, podría ser bastante diferente respecto a lo que se ha creído durante décadas, según un nuevo estudio. Conocer detalladamente la forma y tamaño de los cinturones, que se encogen y se hinchan en respuesta a las tormentas magnéticas procedentes del Sol, es crucial para proteger a nuestra tecnología en el espacio.
El equipo de Geoff Reeves, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, Estados Unidos, ha constatado que la forma de los cinturones es en realidad bastante distinta dependiendo del tipo de electrón que consideremos. Los electrones con diferentes niveles de energía se hallan distribuidos de manera distinta en estas regiones.
El equipo de Geoff Reeves, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, Estados Unidos, ha constatado que la forma de los cinturones es en realidad bastante distinta dependiendo del tipo de electrón que consideremos. Los electrones con diferentes niveles de energía se hallan distribuidos de manera distinta en estas regiones.