La búsqueda de exoplanetas (planetas de fuera de nuestro sistema solar) habitables podría ser ahora un poco más fácil: astrónomos de la Universidad Cornell (EE.UU.) han llegado a la conclusión de que el hidrógeno que procede de fuentes volcánicas en planetas de cualquier parte del universo no amenazada por la cercanía de fenómenos astrofísicos extremadamente violentos, podría mejorar las probabilidades de localizar vida extraterrestre.
Los planetas situados a grandes distancias de sus estrellas se congelan. En ellos, cualquier ecosistema potencial existiría bajo capas de hielo, lo que complicaría mucho su identificación con telescopios. Pero si la superficie está lo bastante caliente (gracias al hidrógeno volcánico y al calentamiento atmosférico), podría haber formas de vida en la superficie generando una serie de firmas químicas detectables.
Combinando el calentamiento por efecto invernadero del hidrógeno, el agua y el dióxido de carbono en planetas de cualquier zona del universo no sometida a las citadas amenazas, las estrellas podrían expandir sus zonas habitables de un 30 a un 60 por ciento, según esta nueva investigación llevada a cabo por el equipo de Ramses M. Ramirez, del Instituto Carl Sagan en la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos.
“Donde creíamos que encontraríamos solo eriales helados, podría haber en realidad planetas cálidos y acogedores, mientras hubiera volcanes a la vista”, resume Lisa Kaltenegger, profesora de astronomía en la Universidad Cornell y directora del citado instituto.
Ilustración artística de un planeta situado en la zona orbital que debe ser habitable para el caso de mundos con suficiente hidrogeno volcánico en sus atmósferas. (Imagen: W. Henning, NASA Goddard)
La idea de que el hidrógeno puede calentar un planeta no es nueva, pero uno de masa terrestre no puede mantener su hidrógeno durante más de unos pocos millones de años, ya que este gas es demasiado ligero para que la gravedad terrestre lo retenga mucho tiempo, y acaba escapando al espacio. Los volcanes, no obstante, podrían cambiar esta tendencia a la desaparición del hidrógeno atmosférico. El hidrógeno volcánico puede abundar por tiempo indefinido en un planeta mientras los volcanes mantengan una actividad lo bastante intensa. A su vez, la presencia de este hidrógeno volcánico genera un gran efecto de calentamiento.
Por tanto, según el equipo de Ramirez, existe la posibilidad de que los planetas de esa clase puedan sostener en su superficie vida, detectable a distancia.
Siendo un gas muy ligero, el hidrógeno también “hincha” las atmósferas planetarias, lo cual probablemente ayudará a los científicos a detectar las citadas señales de vida.
En nuestro sistema solar, la zona habitable se extiende hasta 1,67 veces la distancia Tierra-Sol, justo un poco más allá de la órbita de Marte. En el caso de los planetas con hidrógeno procedente de volcanes, la franja orbital que permitiría en ellos la existencia de agua líquida superficial se podría ampliar, en un sistema solar como el nuestro, hasta 2,4 veces la distancia Tierra-Sol, o sea hasta aproximadamente donde está situado el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Los planetas situados a grandes distancias de sus estrellas se congelan. En ellos, cualquier ecosistema potencial existiría bajo capas de hielo, lo que complicaría mucho su identificación con telescopios. Pero si la superficie está lo bastante caliente (gracias al hidrógeno volcánico y al calentamiento atmosférico), podría haber formas de vida en la superficie generando una serie de firmas químicas detectables.
Combinando el calentamiento por efecto invernadero del hidrógeno, el agua y el dióxido de carbono en planetas de cualquier zona del universo no sometida a las citadas amenazas, las estrellas podrían expandir sus zonas habitables de un 30 a un 60 por ciento, según esta nueva investigación llevada a cabo por el equipo de Ramses M. Ramirez, del Instituto Carl Sagan en la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos.
“Donde creíamos que encontraríamos solo eriales helados, podría haber en realidad planetas cálidos y acogedores, mientras hubiera volcanes a la vista”, resume Lisa Kaltenegger, profesora de astronomía en la Universidad Cornell y directora del citado instituto.
Ilustración artística de un planeta situado en la zona orbital que debe ser habitable para el caso de mundos con suficiente hidrogeno volcánico en sus atmósferas. (Imagen: W. Henning, NASA Goddard)
La idea de que el hidrógeno puede calentar un planeta no es nueva, pero uno de masa terrestre no puede mantener su hidrógeno durante más de unos pocos millones de años, ya que este gas es demasiado ligero para que la gravedad terrestre lo retenga mucho tiempo, y acaba escapando al espacio. Los volcanes, no obstante, podrían cambiar esta tendencia a la desaparición del hidrógeno atmosférico. El hidrógeno volcánico puede abundar por tiempo indefinido en un planeta mientras los volcanes mantengan una actividad lo bastante intensa. A su vez, la presencia de este hidrógeno volcánico genera un gran efecto de calentamiento.
Por tanto, según el equipo de Ramirez, existe la posibilidad de que los planetas de esa clase puedan sostener en su superficie vida, detectable a distancia.
Siendo un gas muy ligero, el hidrógeno también “hincha” las atmósferas planetarias, lo cual probablemente ayudará a los científicos a detectar las citadas señales de vida.
En nuestro sistema solar, la zona habitable se extiende hasta 1,67 veces la distancia Tierra-Sol, justo un poco más allá de la órbita de Marte. En el caso de los planetas con hidrógeno procedente de volcanes, la franja orbital que permitiría en ellos la existencia de agua líquida superficial se podría ampliar, en un sistema solar como el nuestro, hasta 2,4 veces la distancia Tierra-Sol, o sea hasta aproximadamente donde está situado el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Fuente TENDENCIAS 21