Se han obtenido imágenes del asteroide 2014 JO25 mediante la antena de 70 metros de diámetro de la NASA en el Complejo Goldstone de Comunicaciones de Espacio Profundo, en California (EE.UU.). Las imágenes revelan un cuerpo con aspecto de cacahuete que gira sobre sí mismo una vez cada cinco horas. Las imágenes tienen resoluciones de hasta 7,5 metros por píxel.
El citado asteroide fue descubierto en mayo de 2014 por astrónomos de la red Catalina Sky Survey, cerca de Tucson, Arizona, un proyecto de la NASA en colaboración con la Universidad de Arizona.
El objeto ha pasado sin peligro junto a la Tierra, a una distancia de aproximadamente 1,8 millones de kilómetros, o unas 4,6 veces la existente entre la Tierra y la Luna. El encuentro es el más próximo que haya tenido con nuestro planeta en los últimos 400 años, y será el acercamiento máximo durante al menos los siguientes 500 años.
Shantanu Naidu, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, encabezó las observaciones en Goldstone.
El citado asteroide fue descubierto en mayo de 2014 por astrónomos de la red Catalina Sky Survey, cerca de Tucson, Arizona, un proyecto de la NASA en colaboración con la Universidad de Arizona.
El objeto ha pasado sin peligro junto a la Tierra, a una distancia de aproximadamente 1,8 millones de kilómetros, o unas 4,6 veces la existente entre la Tierra y la Luna. El encuentro es el más próximo que haya tenido con nuestro planeta en los últimos 400 años, y será el acercamiento máximo durante al menos los siguientes 500 años.
Shantanu Naidu, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, encabezó las observaciones en Goldstone.
El mayor de los dos lóbulos del asteroide se estima que tiene unos 620 metros de ancho.
También se han llevado a cabo observaciones por radar del asteroide en el Observatorio de Arecibo, que la Fundación Nacional estadounidense de Ciencia tiene en Puerto Rico. Se están llevando a cabo otras adicionales tanto en Goldstone como en Arecibo.
Se han utilizado radares para observar cientos de asteroides. Cuando estos pequeños objetos sobrantes de la formación del sistema solar pasan relativamente cerca de la Tierra, el radar de espacio profundo se convierte en una técnica potente para estudiar sus tamaños, formas, rotación, rasgos superficiales y rugosidad, y para determinar de forma más precisa su trayectoria orbital.
Fuente NCYT