Ya se sabía que los cerebros de los ancianos con una memoria excelente conservan más volumen cerebral y que normalmente su cerebro no muestra el mismo desgaste que el de los ancianos normales. Ahora un estudio aporta nuevos y reveladores datos sobre diferencias físicas entre el cerebro de estos superdotados de la tercera edad y el de los ancianos normales. Y lo más fascinante es que, a juzgar por las conclusiones de los autores del estudio, el declive cognitivo debido al envejecimiento no es algo inevitable.
Estos ancianos superdotados constituyen un grupo raro de personas de 80 años o más cuya memoria sigue siendo tan buena como la de individuos sanos que son varias décadas más jóvenes.
Los resultados de la nueva investigación, realizada por el equipo de Amanda Cook, Emily Rogalski, Sandra Weintraub y Daniel Ohm, de la Universidad del Noroeste en la ciudad estadounidense de Chicago, indican que la corteza cerebral de los ancianos con mucha memoria se encoge mucho más despacio que la de los ancianos normales, lo cual dota a los primeros de una mayor resistencia a la pérdida “típica” de memoria y a la demencia.
Estos ancianos superdotados constituyen un grupo raro de personas de 80 años o más cuya memoria sigue siendo tan buena como la de individuos sanos que son varias décadas más jóvenes.
Los resultados de la nueva investigación, realizada por el equipo de Amanda Cook, Emily Rogalski, Sandra Weintraub y Daniel Ohm, de la Universidad del Noroeste en la ciudad estadounidense de Chicago, indican que la corteza cerebral de los ancianos con mucha memoria se encoge mucho más despacio que la de los ancianos normales, lo cual dota a los primeros de una mayor resistencia a la pérdida “típica” de memoria y a la demencia.
Escaneo por resonancia magnética del cerebro de un anciano con memoria excelente. La porción entre las líneas amarilla y roja es la corteza, que contiene neuronas. Las cortezas de estas personas se encogen dos veces más despacio que las de sus homólogos normales.
Valiéndose de visualización por resonancia magnética, los científicos midieron el grosor de la corteza en 24 ancianos con una memoria excelente y en otros 12 normales, con la misma edad, y una educación y estado cognitivo comparables, para detectar cambios en la salud cerebral de todas estas personas a lo largo de los 18 meses. El declive anual porcentual en el grosor entre la primera y la segunda visita del grupo de los ancianos con memoria excelente fue de 1,06, siendo en cambio de 2,24 para el grupo de los normales.
Investigaciones anteriores mostraron que los ancianos con una memoria excelente poseen una corteza más gruesa que aquellos que envejecen con normalidad. Estudiando lo que hace únicas a estas personas, el equipo de Cook espera descubrir factores biológicos, como la menor atrofia cortical demostrada aquí, que pudieran contribuir al mantenimiento de la capacidad de la memoria a edades avanzadas.
Fuente NCYT