La propia existencia humana está dada por la conciencia de la muerte y del paso del tiempo. ¿Recuerdas cuando discutimos sobre 5 aspectos de la vida humana que nos diferencian del resto de los animales? Bueno, además son devastadores si eres un existencialista: «Los 5 hechos más deprimentes de la existencia humana»
Ahora bien, ¿es posible la inmortalidad? ¿Acaso será posible burlar a la propia condición de la vida, que es la muerte? No es una pregunta nueva ni muy original, se la han formulado mujeres y hombres a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Biocentrismo: la teoría física de la inmortalidad
Hace un tiempo discutimos esta teoría, ¿lo recuerdas? Según Robert Lanza, su principal precursor, la propia vida es la que crea al resto de las cosas del universo, y no al revés. En ese caso, la vida precede y supera a todo lo demás, por lo tanto es virtualmente infinita.
La teoría de Lanza tiene muchos detractores (aunque cada vez más adeptos) y todavía parece bastante improbable. Además, va en contra de todo lo que conocemos o creemos conocer hasta ahora. Es decir, esta teoría pone en peligro todo nuestro sistema de creencias. Adoptarla sería un cambio de paradigma tan grande que dejaría en ridículo a los miles de años del conocimiento humano.
Vayamos entonces a algo más cercano a nuestra realidad, o al menos más probable o tangible: la transferencia de conciencia.
Ver más: «¿La física ya demostró que los humanos somos inmortales?»
¿Qué es la transferencia de conciencia?
Para hablar de este tema sería muy útil haber visto la película Selfless (2015) con Ryan Reynolds y Ben Kingsley. Yo no la vi, pero afortunadamente mis amigos de Batanga Cine y TV sí, y me contaron de qué va.
Ben Kingsley es un millonario enfermo de cáncer que se presta para un extraño experimento médico en el que toda su conciencia se podría transmitir al cuerpo de un hombre joven (Ryan Reynolds). Todo sale bien, pero después las cosas se coplican y... bueno, en fin, la trama no tiene importancia. Lo que importa es el experimento en sí, pero si te han dado ganas de saber más sobre la película puedes encontrar el trailer aquí.
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En la película la conciencia de Ben Kingsley es «descargada» de su cerebro y «subida» al del joven Reynolds como si fueran archivos de datos comunes y corrientes. Ahora bien, nuestro cerebro NO es como una computadora, ¿es acaso posible aislar y almacenar como datos cada parte de nuestra conciencia? Bueno, por ahora no, pero de eso se trata la ciencia ficción, de hacer parecer posible lo imposible hasta que se vuelva posible.
Para entender mejor todo esto encontramos este excelente video de AsapSCIENCE que explica la técnica de la transferencia de conciencia y las posibilidades que tiene de hacerse realidad. No olvides activar los subtítulos con el «CC», que está debajo a la derecha, y seleccionar «Spanish» en el menú de configuración.
¿Y bien? ¿Qué crees? Quizás en un futuro relativamente cercano esto sea posible... aunque no estoy demasiado segura al respecto, ¿tú qué opinas?
Fuente VIX