Una inmensa nube de hidrógeno se dirige a la Vía Láctea a más de un millón de kilómetros por hora, una velocidad 10 veces mayor a la de nuestro puntual visitante, el cometa Halley. ¿Qué representa este fantástico fenómeno?
La señorita Smith descubre una nube en Holanda, un breve repaso histórico
La Universidad de Leiden, Holanda, goza de enorme reputación desde su fundación en el siglo XVI. Allí, el físico Pieter van Musschenbroek inventó en 1746 la famosa Botella de Leiden, el primer condensador eléctrico de la historia, hecho con una botella de vidrio.
También en Leiden, en 1908, Heike Kamerlingh Onnes licuó por primera vez el helio (He). Entre su cuerpo de profesores estuvo Albert Einstein. En los años 1950 y 1960 los estudiantes de astronomía soñaban con ir a Leiden, incluso los estadounidenses.
El gurú allí era Jan Hendrik Oort, descubridor de la nube de cometas y otros objetos que envuelve el Sistema Solar y que lleva su nombre. En ese tiempo, el observatorio astronómico de Leiden tenía el radiotelescopio más potente del mundo.
Uno de los astrónomos norteamericanos que fue a Leiden a continuar estudios fue una chica de Vermont, de nombre Gail Smith. En Leiden, Gail descubrió en 1963 la nube que ha conservado su apellido de soltera, a pesar de que ella se casó y ahora es más conocida como Gail Bieger.
Puedes profundizar en el tema con nuestro artículo: «La Nube de Oort, el rincón más alejado del Sistema Solar»
Una enorme nube
No se trata de una nubecilla. Sí llegara a envolver a la Tierra, sería como un inmenso cielo nublado cubriendo una minúscula gota de agua.
Está formada por hidrógeno (H) gaseoso y por ahora está en la constelación de Aquila. Se calcula que tiene una masa de más de un millón de veces la del Sol y mide casi 10 000 años luz de largo por más de 3000 de ancho.
Nuestros lectores también han leído: «Según los científicos, estos son los 7 rasgos físicos que hoy determinan el atractivo masculino»
¿Y por qué debe preocuparnos?
En verdad, quienes tendrán que preocuparse serán nuestros descendientes dentro de unos 30 millones de años.
La Nube de Smith es la única formación en su tipo de la que se conoce aproximadamente su trayectoria y se cree que en ese tiempo estará visitando la Vía Láctea, ya que se está acercando a 100 kilómetros por segundo.
Los astrónomos calculan que impactará en el Brazo de Perseo, la mayor y más exterior espiral de la Vía Láctea. De ser así, sí espera librarse de una amputación galáctica, Perseo tendrá que hacer honor a su mítica fama por haber cortado la cabeza de la Medusa.
La Nube de Smith trae hidrógeno suficiente para crear unos 2 millones de soles en una hipotética colisión.
También puedes leer nuestro artículo: «50 espectaculares curiosidades científicas que con una sola oración te romperán la cabeza»
Un gran misterio
Ya que se conoce su trayectoria, los astrónomos pueden reconstruir (más bien especular) cuál ha sido la misma a lo largo del pasado remoto.
Fue así como se estableció que la Nube de Smith ya habría visitado nuestra galaxia hace unos 70 millones de años, ¿por qué no se disipó en el choque? No se sabe.
Fuente VIX
La señorita Smith descubre una nube en Holanda, un breve repaso histórico
La Universidad de Leiden, Holanda, goza de enorme reputación desde su fundación en el siglo XVI. Allí, el físico Pieter van Musschenbroek inventó en 1746 la famosa Botella de Leiden, el primer condensador eléctrico de la historia, hecho con una botella de vidrio.
También en Leiden, en 1908, Heike Kamerlingh Onnes licuó por primera vez el helio (He). Entre su cuerpo de profesores estuvo Albert Einstein. En los años 1950 y 1960 los estudiantes de astronomía soñaban con ir a Leiden, incluso los estadounidenses.
El gurú allí era Jan Hendrik Oort, descubridor de la nube de cometas y otros objetos que envuelve el Sistema Solar y que lleva su nombre. En ese tiempo, el observatorio astronómico de Leiden tenía el radiotelescopio más potente del mundo.
Uno de los astrónomos norteamericanos que fue a Leiden a continuar estudios fue una chica de Vermont, de nombre Gail Smith. En Leiden, Gail descubrió en 1963 la nube que ha conservado su apellido de soltera, a pesar de que ella se casó y ahora es más conocida como Gail Bieger.
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Una enorme nube
No se trata de una nubecilla. Sí llegara a envolver a la Tierra, sería como un inmenso cielo nublado cubriendo una minúscula gota de agua.
Está formada por hidrógeno (H) gaseoso y por ahora está en la constelación de Aquila. Se calcula que tiene una masa de más de un millón de veces la del Sol y mide casi 10 000 años luz de largo por más de 3000 de ancho.
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¿Y por qué debe preocuparnos?
En verdad, quienes tendrán que preocuparse serán nuestros descendientes dentro de unos 30 millones de años.
La Nube de Smith es la única formación en su tipo de la que se conoce aproximadamente su trayectoria y se cree que en ese tiempo estará visitando la Vía Láctea, ya que se está acercando a 100 kilómetros por segundo.
Los astrónomos calculan que impactará en el Brazo de Perseo, la mayor y más exterior espiral de la Vía Láctea. De ser así, sí espera librarse de una amputación galáctica, Perseo tendrá que hacer honor a su mítica fama por haber cortado la cabeza de la Medusa.
La Nube de Smith trae hidrógeno suficiente para crear unos 2 millones de soles en una hipotética colisión.
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Un gran misterio
Ya que se conoce su trayectoria, los astrónomos pueden reconstruir (más bien especular) cuál ha sido la misma a lo largo del pasado remoto.
Fue así como se estableció que la Nube de Smith ya habría visitado nuestra galaxia hace unos 70 millones de años, ¿por qué no se disipó en el choque? No se sabe.
Fuente VIX