Esta secuencia obtenida por el satélite de observación solar IRIS, observó a principios del pasado mes de abril un chorro coronal que se repitio durante varias horas en un lapso de tiempo, así también como una leve fulguración de clase C2.3 justo en el centro del campo de visión. Estas observaciones de alta resolución proporcionan una visión única sobre la dinámica y la estructura fina de estos fenómenos eruptivos.