Equipo científico afirma haber manipulado la mismísima nada y observar las consecuencias

De acuerdo a la mecánica cuántica, el vacío no está realmente vacío. En realidad, está lleno de energía cuántica y partículas que destallan dentro y fuera de la existencia por un momento. Estas señales se conocen como fluctuaciones cuánticas.

Sin embargo, hasta la fecha solo se tenían evidencias indirectas de estas fluctuaciones. Pero hace unos años un grupo de investigación científica dijo haberlas detectado de forma directa en teoría. Y ahora, el mismo equipo dice haber dado un paso extra, manipulando el mismo vacío, la pura nada, detectando los cambios en estas señales tan extrañas.

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Entrando en territorios cuánticos con la pura nada

Así pues, estamos entrando en territorios de alto nivel físico. Pero lo realmente importante es que estos resultados están confirmados. Es decir que este equipo científico acaba de desbloquear un nuevo camino para observar, tocar y probar la realidad cuántica sin interferir con ella.

Este es un paso importante, porque el mayor problema de la mecánica cuántica es que cada vez que medimos y observamos sistemas cúanticos, acabamos por destruirlos. Es difícil investigar así, ¿no crees?

Ahora, si pensamos en el vacío, imaginamos que no se puede observar partícula alguna ni interferencia. Sin embargo, el vacío cuántico, con su propia y extraña energía, está completo de partículas y antipartículas en pares que desaparecen aleatoriamente.

Digamos que son como partículas virtuales, más que materia física, que se puede detectar con facilidad. Pero sin embargo, sí que nos atañen, ya que las fluctuaciones cuánticas producen campos eléctricos fluctuantes aleatorios que afectan a los electrones.
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Los efectos de la energía cuántica

En 2015, otro equipo de investigación científica, liderado por Alfred Leitenstorfer, observó su influencia en la onda lumínica a través de pulsos láser supercortos. Ahora, en lugar de observar los cambios en las fluctuaciones cuánticas absorbiendo y amplificando fotones de luz, han estudiado la luz en el dominio del tiempo.

Aunque suena extraño, en el vacío el tiempo y el espacio se comportan de la misma forma, por lo que se puede examinar uno para aprender más sobre el otro. Y así ha sido como el equipo ha exprimido el vacío, trabajando como un globo exprimido y redistribuyendo las extrañas fluctuaciones cuánticas dentro de él.

Desde el equipo se lo ha comparado con un atasco de tráfico. Cuando un embotellamiento de coches se forma detrás, delante de este punto la densidad de vehículos decrece nuevamente. Y este es el efecto de vacío que parece formarse en la pura nada cuántica.

De momento no es útil del todo, aunque sí es muy impresionante. Pero siguen investigando para comprobar cómo se comporta la luz a nivel cuántico y qué nuevos descubrimientos podrán aportar gracias a este campo de investigación.

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Fuente VIX



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