Un estudio sobre la formación de granizo encontró en el mismo grandes cantidades de bacterias, reforzando la teoría de que éstas juegan un papel activo y "estimulan" la formación de precipitaciones.
Las capas en el granizo se ven en el corte transversal. El interior contiene una alta concentración de bacterias.
La hipótesis, que se conoce como "bioprecipitación", fue debatida esta semana en un encuentro de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, que tuvo lugar en la ciudad de Nueva Orleans.
Las bacterias tienen una proteína que hace congelar el agua a temperaturas mayores de lo normal y los investigadores creen que, como resultado de un mecanismo evolutivo, utilizan el ciclo del agua para facilitar su propia dispersión.
Los microorganismos presentes en la nieve han sido estudiados desde la década de los 60 del siglo pasado, pero sólo ahora los científicos están comenzando a comprender la posible "estrategia" de las bacterias.
Las capas en el granizo se ven en el corte transversal. El interior contiene una alta concentración de bacterias.
La hipótesis, que se conoce como "bioprecipitación", fue debatida esta semana en un encuentro de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, que tuvo lugar en la ciudad de Nueva Orleans.
Las bacterias tienen una proteína que hace congelar el agua a temperaturas mayores de lo normal y los investigadores creen que, como resultado de un mecanismo evolutivo, utilizan el ciclo del agua para facilitar su propia dispersión.
Los microorganismos presentes en la nieve han sido estudiados desde la década de los 60 del siglo pasado, pero sólo ahora los científicos están comenzando a comprender la posible "estrategia" de las bacterias.
Altas concentraciones
Una de las bacterias estudiadas es Pseudomonas syringae, que lleva una proteína en su superficie que estimula un ordenamiento particular de las moléculas de agua.
La bacteria Pseudomonas syringae es conocida como catalizador de la formación de hielo.
Esta bacteria es tan eficiente que es utilizada en las máquinas de nieve artificial. En la naturaleza, el hielo generado por P. syringae puede dañar las paredes celulares en las plantas, facilitando que la bacteria encuentre alimento en el interior de la célula.
En 2008, Brent Christner de la Universidad Estatal de Louisiana informó que había encontrado cantidades importantes de bacterias en muestras de nieve de distantas partes del mundo.
Ahora, Alexander Michaud de la Universidad Estatal de Montana presentó en el encuentro en Nueva Orleans las conclusiones de un estudio de granizo recogido luego de una fuerte tormenta en propio campus de la institución en 2010.
Michaud analizó la estructura del granizo y encontró que mientras las capas exteriores contenían pocas bacterias, el centro presentaba altas concentraciones.
"La presencia de bacterias en el centro era del orden de miles en cada mililitro de agua", dijo el investigador.
"Intrigante"
"La bioprecipitación es una idea interesante que se había lanzado hace décadas, pero sólo ahora existen los datos para sustentarla"
Brent Christner, Universidad Estatal de Louisiana
Se sabe que las bacterias pueden concentrarse generando "aerosoles" en los bosques. Estas nubes de bacterias se elevan con las corrientes de aire estimulando la precipitación en nubes a temperaturas mucho más elevadas que lo normal.
Brent Christner, también presente en el encuentro, dijo que la bioprecipitación "es una idea interesante que se había lanzado hace décadas, pero sólo ahora existen los datos para sustentarla".
"Como microbiólogo, la idea de que un organismo pueda viajar "a cuestas" del agua me resulta intrigante".
"Sabemos que la biología influencia el clima de alguna manera, pero encontrar que lo hace de esta manera no sólo es fascinante sino muy importante".
Una de las bacterias estudiadas es Pseudomonas syringae, que lleva una proteína en su superficie que estimula un ordenamiento particular de las moléculas de agua.
La bacteria Pseudomonas syringae es conocida como catalizador de la formación de hielo.
Esta bacteria es tan eficiente que es utilizada en las máquinas de nieve artificial. En la naturaleza, el hielo generado por P. syringae puede dañar las paredes celulares en las plantas, facilitando que la bacteria encuentre alimento en el interior de la célula.
En 2008, Brent Christner de la Universidad Estatal de Louisiana informó que había encontrado cantidades importantes de bacterias en muestras de nieve de distantas partes del mundo.
Ahora, Alexander Michaud de la Universidad Estatal de Montana presentó en el encuentro en Nueva Orleans las conclusiones de un estudio de granizo recogido luego de una fuerte tormenta en propio campus de la institución en 2010.
Michaud analizó la estructura del granizo y encontró que mientras las capas exteriores contenían pocas bacterias, el centro presentaba altas concentraciones.
"La presencia de bacterias en el centro era del orden de miles en cada mililitro de agua", dijo el investigador.
"Intrigante"
"La bioprecipitación es una idea interesante que se había lanzado hace décadas, pero sólo ahora existen los datos para sustentarla"
Brent Christner, Universidad Estatal de Louisiana
Se sabe que las bacterias pueden concentrarse generando "aerosoles" en los bosques. Estas nubes de bacterias se elevan con las corrientes de aire estimulando la precipitación en nubes a temperaturas mucho más elevadas que lo normal.
Brent Christner, también presente en el encuentro, dijo que la bioprecipitación "es una idea interesante que se había lanzado hace décadas, pero sólo ahora existen los datos para sustentarla".
"Como microbiólogo, la idea de que un organismo pueda viajar "a cuestas" del agua me resulta intrigante".
"Sabemos que la biología influencia el clima de alguna manera, pero encontrar que lo hace de esta manera no sólo es fascinante sino muy importante".
Fuente BBC MUNDO