Una investigación con participación de la Universidad Complutense de Madrid ha conseguido evidencias de la transformación de un agujero negro en su "inverso temporal", es decir, en un agujero blanco.
Este cuerpo se caracteriza por expulsar las partículas en lugar de atraerlas, como hace un agujero negro.
El trabajo explica que existen objetos astrofísicos identificados como agujeros negros que podrían ser, en realidad, estrellas de gran densidad. Su formación sería el resultado final de múltiples transformaciones de agujeros negros en su inverso temporal, que en un corto plazo de tiempo se descoloran y dejan escapar la luz en lugar de impedir su salida.
La principal conclusión del trabajo, publicado en 'Classical and Quantum Gravity', es que los agujeros negros identificados como tales no se comportan de la manera que la relatividad general explica y, por tanto, serían radicalmente distintos en esencia.
Este cuerpo se caracteriza por expulsar las partículas en lugar de atraerlas, como hace un agujero negro.
El trabajo explica que existen objetos astrofísicos identificados como agujeros negros que podrían ser, en realidad, estrellas de gran densidad. Su formación sería el resultado final de múltiples transformaciones de agujeros negros en su inverso temporal, que en un corto plazo de tiempo se descoloran y dejan escapar la luz en lugar de impedir su salida.
La principal conclusión del trabajo, publicado en 'Classical and Quantum Gravity', es que los agujeros negros identificados como tales no se comportan de la manera que la relatividad general explica y, por tanto, serían radicalmente distintos en esencia.
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