Finalmente se desprendió el iceberg gigante de la Antártida

Lo que tanto temíamos que sucediera, sucedió. El día de hoy por la madrugada se registro el desprendimiento de un iceberg de 5,800 kilómetros cuadrados (aproximadamente el estado de Colima) y esto cambiara incluso los mapas, según anunciaron los investigadores del Proyecto MIDAS – un proyecto británico que estudia los efectos del calentamiento global en la Antártida.

“La barrera de hielo restante será la más pequeña conocida,” declaró Adrian Luckman, un glaciólogo de la Universidad de Swansea que trabaja en el Proyecto Midas, a The New York Times. “Esto es un gran cambio. Los mapas deberán volver a trazarse.”

Los investigadores del proyecto MIDAS informaron que la separación, observada por medio del satélite Aqua de la NASA, sucedió en algún punto entre el 10 y el 12 de julio.

El trozo de hielo se desgajo de la barrera de hielo Larsen C – la cuarta más grande del contiene que cubre unos 50,000 km2 – el iceberg era de aproximadamente el 12% de su volumen total. Ahora los investigadores creen que el iceberg recibirá el nombre de A68.

¿Cuáles serán las consecuencias?


La buena noticia es que éste trozo gigantesco de hielo ya se posaba sobre el mar, por lo que no representará una riesgo en la alza de los niveles oceánicos. Sin embargo, el desprendimiento de éste iceberg pone en riesgo a toda la barrera de hielo Larsen C. También se estima que partes del iceberg podrían llegar hasta las Islas Malvinas.

De acuerdo con reportes de The Washington Post, ahora que ese trozo de hielo desapareció, los científicos están preocupados de que el resto de hielo en y alrededor de la Antártida corra el riesgo de separarse.

Esto es porque sin la protección de ese iceberg frontal, el hielo interior estará expuesto a las temperaturas más cálidas del océano y por ende será más fácil que más hielo de Larsen C se desprenda, lo que contribuye a un aumento en el nivel del mar. El colapso total de Larsen C en el mar resultaría en un aumento de los niveles por 10 centímetros.

Además, la ESA (Agencia Espacia Europea) informó que el iceberg podría representar un riesgo para la navegación marítima global.

Los científicos no tienen evidencia que vincule directamente éste quiebre en particular con el cambio climático, ya que el desgaje es un proceso natural en todos los glaciares que depende de las temperaturas del aire y del agua. No obstante, la grieta entre el iceberg y la barrera de hielo comenzó a crecer aceleradamente a partir de diciembre y cabe destacar que ese es el auge del verano en la Antártida.




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