Hacer ejercicio físico en la vejez puede promover la flexibilidad mental

Un día, muy pronto, los médicos podrían llegar a determinar cuán físicamente activos somos mediante un simple escaneo de nuestro cerebro. Se sabe, por investigaciones previas, que las personas físicamente en forma tienden a tener volúmenes cerebrales más grandes y materia blanca (el “cableado” del cerebro) más intacta que sus homólogos menos aptos físicamente. Ahora un nuevo estudio revela que los ancianos que se entregan regularmente a actividades físicas de intensidad entre moderada y vigorosa poseen una actividad cerebral más variable en reposo que aquellos que no lo hacen. Esta variabilidad está asociada con un mejor rendimiento cognitivo.

El equipo de Art Kramer, director del Instituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzadas, un centro dependiente de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, y Agnieszka Burzynska, que ahora es profesora en la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos, examinó 100 personas con edades comprendidas entre los 60 y los 80 años, y usaron con ellas acelerómetros para medir de forma objetiva su actividad física a lo largo de una semana. Los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional para observar cómo cambiaban los niveles de oxígeno en sangre en el cerebro con el paso del tiempo, reflejando la actividad cerebral de cada participante en reposo.



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