40 años más tarde, los Voyager se siguen comunicando con la Tierra

Hace 40 años las naves espaciales gemelas Voyager salieron de la Tierra para embarcarse en la aventura de revelar muchos de los secretos escondidos de los planetas que nos rodean. Las naves, cuando comenzaron con su misión, fueron los primeros objetos humanos en llegar hasta el abismo del espacio interestelar.

Pero el tiempo no parece un impedimento para estas naves. Hace 40 años que están en el espacio, pero la misión sigue en marcha. Las naves recorren el espacio a más de 50 000 kilómetros por hora.

40 años después, los Voyager se siguen comunicando con la Tierra

En declaraciones a la revista The Atlantic, la directora del proyecto —Suzanne Dodd— del Jet Propulsion Laboratory de la NASA reveló que aún muchas personas le preguntan a qué se refiere cuando dice que la misión aún está en marcha. No es fácil de entender que, a pesar de haber pasado de Neptuno, las naves siguieron funcionando. 

Después de haberle dado a la humanidad las primeras miradas a los planetas vecinos como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, las naves siguieron su recorrido hacia la parte más oscura del sistema solar, hacia los límites con lo desconocido.

La Voyager 1 logró salir del sistema hace 5 años, aunque la segunda nave aún está en proceso de hacerlo. Se está quedando sin energía pero aún tiene una misión para completar. Las naves se encuentran, actualmente, a más de 13 000 millones de kilómetros de la Tierra.

No obstante, la distancia no es un impedimento para ellas. Tampoco es un impedimento el paso del tiempo. Las naves, aunque les lleva un tiempo considerable, aún se comunican con su hogar, enviando débiles señales con información importante mediante ondas de radio que son analizadas una vez que llegan a las bases de la NASA, que las detecta mediante una gran colección de antenas espaciales.

Los datos de las naves toman entre 19 y 16 horas en llegar a la Tierra. En una época tan avanzada como la nuestra, este tiempo parece excesivo, pero teniendo en cuenta que las naves fueron lanzadas en el año 1977, que sigan funcionando resulta incluso asombroso.

Jeff Berner ha trabajado durante más de 30 años en la misión. Para él, el hecho de que las señales aún lleguen a la Tierra, aunque sea con bastante debilidad, demuestra lo bien que fueron construidas las naves. La potencia de los transmisores de las naves es similar a la de la lámpara del interior de una heladera, pero es lo suficientemente potente como para que la NASA pueda escucharla cuando tiene información que enviarle.

Ese pequeño «punto azul pálido» llamado hoga

Los investigadores de la NASA han indicado que la energía de los generadores de las naves cada vez es más débil. Las naves van perdiendo fuerza cada día, lo que pronto derivará en que deban ser apagadas. Las naves, eventualmente, deberán descansar para siempre.

La directora Suzanne Dodd indicó que, probablemente, las naves no funcionarán más a partir del año 2020, o quizás sobre el 2030. «Un día estaremos buscando la señal y ya no la escucharemos». La situación sin dudas genera mucha angustia para todos. Después de 40 años, nadie quiere que las naves se apaguen, pero saben que no existe alternativa. La despedida, probablemente, será la parte más triste.

Las naves, mientras tanto, seguirán enviando reportes de campos magnéticos o de partículas cargadas, mediante el circuito de la información que envían con su débil potencia hacia los enormes detectores de la NASA en el espacio. Las naves no son conscientes del poco tiempo que les queda, afortunadamente son apenas un conjunto de circuitos y metales que no tienen sentimientos.

Por otra parte, las naves no enviarán más fotos. La cámara fue desactivada para ahorrar memoria. Las fotos no son necesarias ahora. En el vacío interestelar en donde la primera nave se encuentra navegando no existen humanos, no está su hermana compañera, con la que compartió el recorrido durante 40 años, todo es oscuridad, se encuentra completamente sola, «no hay nada a lo que sacarle fotos», indicó Suzanne Dodd, la directora del equipo. Se encuentra completamente sola, pero aún se comunica con la Tierra.

Pero no todo está perdido: aunque no tengamos fotos nuevas, siempre podremos recordar aquella famosa foto que fue tomada por estas naves en donde la Tierra puede verse como un pequeño «punto azul pálido», una foto que tanto nos enseñó acerca de lo insignificante que podemos ser los humanos en la inmensidad del espacio. Las naves, desde su lejanía, aún pueden enseñarnos mucho.

¿Qué opinas sobre la misión Voyager, después de 40 años flotando en el espacio? ¿Te entristece que se apaguen pronto o te alegras de que obtengan su merecido descanso?

Fuente VIX 



Artículo Anterior Artículo Siguiente