Un equipo del Instituto de Ciencias Cognitivas Marc Jeannerod (Lyon, Francia) ha aplicado técnicas de estimulación del nervio vago (VNS, por sus siglas en inglés) en un hombre que se encontraba en estado vegetativo –y sin ninguna mejoría– durante 15 años después de un accidente automovilístico que le causó daño cerebral grave.
Con el tratamiento el paciente mejoró su nivel de consciencia. El hallazgo, publicado en la revista Current Biology, desafía una idea ampliamente aceptada: si un trastorno limita la capacidad para percibir la realidad durante más de doces meses, entonces es irreversible.
El nervio vago se extiende desde el bulbo raquídeo a las cavidades del tórax y el abdomen, y es importante en el estado de vigilia y alerta y otras muchas funciones esenciales. Aunque aún se desconoce el mecanismo por el que modula la actividad eléctrica cerebral, desde hace años su estimulación se ha utilizado en tratamientos para la epilepsia y la depresión.
Con el tratamiento el paciente mejoró su nivel de consciencia. El hallazgo, publicado en la revista Current Biology, desafía una idea ampliamente aceptada: si un trastorno limita la capacidad para percibir la realidad durante más de doces meses, entonces es irreversible.
El nervio vago se extiende desde el bulbo raquídeo a las cavidades del tórax y el abdomen, y es importante en el estado de vigilia y alerta y otras muchas funciones esenciales. Aunque aún se desconoce el mecanismo por el que modula la actividad eléctrica cerebral, desde hace años su estimulación se ha utilizado en tratamientos para la epilepsia y la depresión.
Flujo de información a través de los electrodos antes y después de la estimulación del nervio vago (a la derecha, post-VNS). A la derecha, los colores cálidos (amarillo y rojo) indican un aumento en la conectividad entre las regiones parietales posteriores. (Foto: Corazzol et al.)
Pero no solo eso, también mejoró su capacidad para mantener la atención –permaneciendo despierto al escuchar a su terapeuta leer un libro– y para responder ante ‘amenazas’ –cuando la cabeza del examinador se acercó de repente al rostro del paciente, este reaccionó sorprendido abriendo los ojos–.
“Estas réplicas no existían antes de la implantación”, añade Sirigu, autora principal del artículo. “Lo más importante es que nuestros resultados muestran cambios importantes a nivel cerebral. Tras implantar un estimulador de nervio vago en su pecho se optimizó la presencia del paciente en el mundo”.
Los investigadores están planeando un estudio más grande para confirmar y ampliar el potencial terapéutico de VNS en los pacientes en estado vegetativo o mínimamente consciente. Este tratamiento puede ser muy valioso en el caso de los pacientes con ese mínimo grado de consciencia porque les ofrecería más posibilidades de comunicarse con el mundo exterior.
“Los cambios pueden ocurrir con la intervención apropiada, incluso en pacientes clínicos graves. La reparación del cerebro todavía es posible incluso cuando la esperanza parece haber desaparecido, pero se necesitan más trabajos para acelerar este progreso”, concluye la experta. (Fuente: SINC)
Fuente NCYT