El pasado 14 de noviembre el Día Mundial de la Diabetes, se presentó un sistema de control automático, que realiza las funciones del páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre. El desarrollo fue realizado por investigadores de las Universidades de Virginia y Harvard (Estados Unidos), el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, el Hospital Italiano de Buenos Aires y las Universidades Nacionales de La Plata y Quilmes (UNQ). Por la UNQ participó Patricio Colmegna, graduado de Ingeniería en Automatización y Control Industrial (IACI) e investigador asistente del Conicet.
En el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada año el 14 de noviembre, en conmemoración al aniversario de Frederick Banting quien, junto con Charles Best, concibió la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina, en octubre de 1921, se presentó un sistema de control automático, que realiza las funciones del páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre.
En el Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada año el 14 de noviembre, en conmemoración al aniversario de Frederick Banting quien, junto con Charles Best, concibió la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina, en octubre de 1921, se presentó un sistema de control automático, que realiza las funciones del páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre.
Se trata de un sistema que consta de 3 elementos: un celular, que posee un algoritmo de control que decide la cantidad de insulina. Ello va conectado, por bluetooth, a un sensor que el paciente tiene en el cuerpo que mide la glucosa y, por último, la bomba de insulina, que se ocupa de inyectar las unidades solicitadas. En ello se basa el circuito que mide, decide la cantidad y luego suministra la insulina.
El suministro de insulina está basado en un modelo matemático que describe comportamientos, y que tiene en cuenta las características particulares de cada paciente y, en función de ello, decide cuánta insulina se debe inyectar.
Todo este cálculo e información se ubica en un teléfono celular muy particular, que no posee las funciones de uno común y corriente, sin embargo, tiene conexión a Internet porque permite, por ejemplo, que un médico monitoree los resultados parciales de forma remota.
Colmegna explicó que "este algoritmo, además de modular la insulina basal, genera la inyección de bolos de insulina cada vez que se ingieren alimentos, lo que supondría liberar a los pacientes diabéticos, acostumbrados desde siempre a férreos controles y vigilancias. Aún no existe nada en el mercado con estas características".
"Nos enorgullece ofrecer una carrera como IACI, que brinda a sus egresados herramientas para realizar aportes significativos en la solución de problemas concretos y mejorar, así, la calidad de vida. Patricio se formó como Ingeniero en la UNQ, continuó sus estudios de posgrado en el ITBA (con la dirección del Dr. Sánchez Peña) y es una alegría que haya vuelto a nuestra Universidad, donde hace docencia y desarrolla su carrera como investigador del Conicet. Actualmente coopera en la investigación del páncreas artificial, pero es seguro que, a futuro, abrirá nuevas líneas de investigación y desarrollo", completó Damián Oliva, director de IACI. (Fuente: Argentina Investiga)
Fuente NCYT