Euforia y miedo son las dos fuerzas sociales que hacen evolucionar la historia
Las fuerzas sociales básicas que hacen evolucionar la historia corresponden a la Euforia y al Miedo: ambas pueden ser cuantificadas aprovechando una propiedad natural de comportamiento colectivo y auto-organizado de la Bolsa de Valores. Así descubrimos que existe una relación natural entre un número y una emoción. Por Jorge Reyes (*).
Para aquellas Ciencias relacionadas directamente con la tecnología no basta con que una ecuación sea sintácticamente correcta de acuerdo con las reglas de la Matemática.
Por ejemplo: c2 = a2 + b2
Si bien lo anterior es matemáticamente válido, en Ciencias Aplicadas se agrega una exigencia tácita especial a las variables que participan en la igualdad: que todas sean medibles.
Para entender lo anterior, veamos dos versiones de la ecuación inicial.
Versión 1:
Hipotenusa2 = (cateto 1)2 + (cateto 2)2
Esta igualdad tiene sentido debido a que tanto los catetos como la hipotenusa de un triángulo rectángulo son medibles. Esto es así porque existe un patrón de distancia unitaria conocido como “metro”.
Por otro lado, Versión 2:
Euforia2 = Alegría2 + Esperanza2
No tiene sentido a pesar de ser matemáticamente válido. Esto es así porque no existe un patrón unitario para medir la Euforia, la Alegría y la Esperanza. ¿El lector imagina poder escuchar la frase:
“Estoy dos feliz”?
En este breve artículo explicaremos que las fuerzas sociales básicas que hacen evolucionar la historia corresponden a la Euforia y al Miedo y que ambas pueden ser cuantificadas aprovechando una propiedad natural de comportamiento colectivo y auto-organizado de la Bolsa de Valores.
Esta característica merece ser conocida como una Ley Universal: cuando el precio de un instrumento financiero sube, el Sentimiento del Mercado se inclina espontáneamente hacia la Euforia, mientras que cuando el precio de un instrumento financiero baja, el Sentimiento del Mercado se inclina espontáneamente hacia el Miedo.
Que interesante: existe una relación natural entre un número y una emoción…
Una escala para medir las emociones
En un trabajo que publiqué en la revista Entropy expliqué lo siguiente: Un incremento en el precio de un instrumento financiero provocará que el Sentimiento del Mercado se incline hacia la Euforia.
Sin embargo, no es lo mismo un incremento de USD 1 en el precio de las acciones de eBay (cuyo precio hoy es de USD 38) que ver ese mismo incremento en el precio en las acciones de Google (cuyo precio hoy es de USD 1050).
Por lo tanto, lo importante no es la variación bruta del precio, sino la variación relativa o porcentual de éste, hecho que nos permite crear una escala numérica para cuantificar las emociones y así poder expresar sus relaciones por medio de ecuaciones.
Para ser exactos, las variaciones de cualquier instrumento financiero quedarán igualadas en términos de la emoción producida si éstas se expresan en términos de la desviación estándar de la “Extensión” u oscilación diaria del precio. Luego, y adaptando la clasificación tradicional utilizada en la Bolsa de Valores (y que se conoce como “El Ciclo de las Emociones del Mercado”), podremos escribir lo siguiente:
I) Emociones de la familia de la Euforia.
Variación de más una desviación estándar: Optimismo.
Variación de más dos desviaciones estándar: Alegría.
Variación de más tres desviaciones estándar: Agitación.
Variación de más cuatro desviaciones estándar: Estremecimiento.
Variación de más cinco desviaciones estándar: Euforia.
II) Emociones de la familia del Miedo (o Anti-Euforia).
Variación de menos una desviación estándar: Ansiedad.
Variación de menos dos desviaciones estándar: Tristeza.
Variación de menos tres desviaciones estándar: Miedo.
Variación de menos cuatro desviaciones estándar: Desesperación.
Variación de menos cinco desviaciones estándar: Pánico.
Aplicación
La primera ecuación que originó este modelo fue: Si E corresponde a la intensidad del Sentimiento del Mercado medido en unidades de la desviación estándar de la oscilación diaria del precio, entonces |E| se distribuye de acuerdo con una exponencial negativa decreciente. Esta afirmación, cumplida por el 100% de los instrumentos financieros, se conoce como “Ley de distribución de las Emociones”.
Cualquier alteración pronunciada de esta Ley es fruto de un agente externo como colusión, fraude, descubrimiento de una nueva tecnología, etc.
Así como Newton aseguraba que si la fuerza neta sobre un sistema es igual a cero, entonces el movimiento será inercial, en el caso de la Bolsa de Valores el “Movimiento Inercial del Precio” será identificado por distribuirse de acuerdo con una exponencial negativa.
Las fuerzas sociales básicas que hacen evolucionar la historia corresponden a la Euforia y al Miedo: ambas pueden ser cuantificadas aprovechando una propiedad natural de comportamiento colectivo y auto-organizado de la Bolsa de Valores. Así descubrimos que existe una relación natural entre un número y una emoción. Por Jorge Reyes (*).
Para aquellas Ciencias relacionadas directamente con la tecnología no basta con que una ecuación sea sintácticamente correcta de acuerdo con las reglas de la Matemática.
Por ejemplo: c2 = a2 + b2
Si bien lo anterior es matemáticamente válido, en Ciencias Aplicadas se agrega una exigencia tácita especial a las variables que participan en la igualdad: que todas sean medibles.
Para entender lo anterior, veamos dos versiones de la ecuación inicial.
Versión 1:
Hipotenusa2 = (cateto 1)2 + (cateto 2)2
Esta igualdad tiene sentido debido a que tanto los catetos como la hipotenusa de un triángulo rectángulo son medibles. Esto es así porque existe un patrón de distancia unitaria conocido como “metro”.
Por otro lado, Versión 2:
Euforia2 = Alegría2 + Esperanza2
No tiene sentido a pesar de ser matemáticamente válido. Esto es así porque no existe un patrón unitario para medir la Euforia, la Alegría y la Esperanza. ¿El lector imagina poder escuchar la frase:
“Estoy dos feliz”?
En este breve artículo explicaremos que las fuerzas sociales básicas que hacen evolucionar la historia corresponden a la Euforia y al Miedo y que ambas pueden ser cuantificadas aprovechando una propiedad natural de comportamiento colectivo y auto-organizado de la Bolsa de Valores.
Esta característica merece ser conocida como una Ley Universal: cuando el precio de un instrumento financiero sube, el Sentimiento del Mercado se inclina espontáneamente hacia la Euforia, mientras que cuando el precio de un instrumento financiero baja, el Sentimiento del Mercado se inclina espontáneamente hacia el Miedo.
Que interesante: existe una relación natural entre un número y una emoción…
Una escala para medir las emociones
En un trabajo que publiqué en la revista Entropy expliqué lo siguiente: Un incremento en el precio de un instrumento financiero provocará que el Sentimiento del Mercado se incline hacia la Euforia.
Sin embargo, no es lo mismo un incremento de USD 1 en el precio de las acciones de eBay (cuyo precio hoy es de USD 38) que ver ese mismo incremento en el precio en las acciones de Google (cuyo precio hoy es de USD 1050).
Por lo tanto, lo importante no es la variación bruta del precio, sino la variación relativa o porcentual de éste, hecho que nos permite crear una escala numérica para cuantificar las emociones y así poder expresar sus relaciones por medio de ecuaciones.
Para ser exactos, las variaciones de cualquier instrumento financiero quedarán igualadas en términos de la emoción producida si éstas se expresan en términos de la desviación estándar de la “Extensión” u oscilación diaria del precio. Luego, y adaptando la clasificación tradicional utilizada en la Bolsa de Valores (y que se conoce como “El Ciclo de las Emociones del Mercado”), podremos escribir lo siguiente:
I) Emociones de la familia de la Euforia.
Variación de más una desviación estándar: Optimismo.
Variación de más dos desviaciones estándar: Alegría.
Variación de más tres desviaciones estándar: Agitación.
Variación de más cuatro desviaciones estándar: Estremecimiento.
Variación de más cinco desviaciones estándar: Euforia.
II) Emociones de la familia del Miedo (o Anti-Euforia).
Variación de menos una desviación estándar: Ansiedad.
Variación de menos dos desviaciones estándar: Tristeza.
Variación de menos tres desviaciones estándar: Miedo.
Variación de menos cuatro desviaciones estándar: Desesperación.
Variación de menos cinco desviaciones estándar: Pánico.
Aplicación
La primera ecuación que originó este modelo fue: Si E corresponde a la intensidad del Sentimiento del Mercado medido en unidades de la desviación estándar de la oscilación diaria del precio, entonces |E| se distribuye de acuerdo con una exponencial negativa decreciente. Esta afirmación, cumplida por el 100% de los instrumentos financieros, se conoce como “Ley de distribución de las Emociones”.
Cualquier alteración pronunciada de esta Ley es fruto de un agente externo como colusión, fraude, descubrimiento de una nueva tecnología, etc.
Así como Newton aseguraba que si la fuerza neta sobre un sistema es igual a cero, entonces el movimiento será inercial, en el caso de la Bolsa de Valores el “Movimiento Inercial del Precio” será identificado por distribuirse de acuerdo con una exponencial negativa.
Fuente TENDENCIAS 21