Una tormenta de polvo ha sumido al rover de exploración en una noche permanente. Sus sistemas se han apagado para ahorrar energía y no se sabe si se podrá recuperar.
El rover Opportunity, de la NASA, no envía señales a la Tierra desde este martes, dos semanas después de que en Marte comenzara una masiva tormenta de polvo que es «una de las más intensas observadas», tal como ha informado la NASA en un comunicado. La agencia espacial dará los últimos detalles sobre la tormenta y el posible destino del rover a partir de las 19.30 de la tarde de este miércoles, en una teleconferencia.
Los ingenieros de la NASA asumen que lo que ha ocurrido es que la carga de las baterías de la Opportunity, un rover de 185 kilogramos de masa y más de 15 años de antigüedad que se encuentra en el Valle de la Perseverancia, ha descendido por debajo de los 24 voltios. Por este motivo, creen que el robot ha entrado de forma automática en modo de bajo consumo. Esto significa que la máquina ha apagado todos los sistemas con excepción de un reloj que está programado para tratar de reactivar el rover cada cierto tiempo.
Los científicos creen que a causa de la intensidad de la tormenta es muy improbable que haya suficiente luz solar como para recargar las baterías a través de los paneles solares. Además, existe el riesgo de que el polvo haya cubierto los paneles de forma permanente y de que no se puedan activar los calentadores que impiden que las baterías acaben inutilizadas. De hecho, la última vez que se estableció contacto con el rover su temperatura rondaba los -29 ºC.
Se cree que el frío fue el motivo que en 2010 inutilizó al rover Spirit, un gemelo del Opportunity que quedó varado en la arena marciana.
En los últimos días, el oscurecimiento de la atmósfera ha dado paso a una noche permanente en el área de operaciones de Opportunity.
Por este motivo, los ingenieros de la NASA tratarán de vigilar los niveles de energía de la nave en los próximos días y buscar posibles alternativas. Además, han pedido apoyo a la Red de Comunicaciones de Espacio Profundo (DSN o «Deep Space Nework») para tratar de establecer contacto.
Una tormenta que oculta un cuarto de Marte
La tormenta fue detectada el 30 de mayo por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), y desde ese momento el equipo de la Opportunity comenzó a preparar planes de contingencia, destinados a maximizar la cantidad de energía solar captada y a disminuir el consumo.
En estos momentos la tormenta alcanza una extensión de 35 millones de kilómetros cuadrados, un cuarto del área del planeta y una superficie superior a la de América del Norte.
En ese tiempo la sonda ha estado tomando muestras de rocas y suelos y tomando imágenes panorámicas, como si se tratara de un geólogo. Ha buscado pruebas de la pasada presencia de agua en Marte y huellas de procesos geológicos, ha analizado la naturaleza de los minerales marcianos y si las condiciones pasadas pudieron ser favorables para la vida. Opportunity fue también la primera en descubrir un meteorito en Marte.
Aunque el panorama es bastante oscuro, lo cierto es que este robot ha pasado por situaciones peores. En 2005 se quedó atascado en una duna de arena y varias de sus seis ruedas quedaron enterradas. Durante seis semanas se hicieron simulaciones por ordenador para buscar la mejor forma de extraer el rover sin dañar al valioso, y caro, aparato.
En 2007 otra tormenta cubrió el planeta y dificultó las operaciones durante dos semanas. En esta ocasión, se dejó de contactar con el rover durante varios días para ahorrar energía. Pasada la tormenta se le pudo devolver a la vida.
El rover Opportunity, de la NASA, no envía señales a la Tierra desde este martes, dos semanas después de que en Marte comenzara una masiva tormenta de polvo que es «una de las más intensas observadas», tal como ha informado la NASA en un comunicado. La agencia espacial dará los últimos detalles sobre la tormenta y el posible destino del rover a partir de las 19.30 de la tarde de este miércoles, en una teleconferencia.
Los ingenieros de la NASA asumen que lo que ha ocurrido es que la carga de las baterías de la Opportunity, un rover de 185 kilogramos de masa y más de 15 años de antigüedad que se encuentra en el Valle de la Perseverancia, ha descendido por debajo de los 24 voltios. Por este motivo, creen que el robot ha entrado de forma automática en modo de bajo consumo. Esto significa que la máquina ha apagado todos los sistemas con excepción de un reloj que está programado para tratar de reactivar el rover cada cierto tiempo.
Los científicos creen que a causa de la intensidad de la tormenta es muy improbable que haya suficiente luz solar como para recargar las baterías a través de los paneles solares. Además, existe el riesgo de que el polvo haya cubierto los paneles de forma permanente y de que no se puedan activar los calentadores que impiden que las baterías acaben inutilizadas. De hecho, la última vez que se estableció contacto con el rover su temperatura rondaba los -29 ºC.
Se cree que el frío fue el motivo que en 2010 inutilizó al rover Spirit, un gemelo del Opportunity que quedó varado en la arena marciana.
En los últimos días, el oscurecimiento de la atmósfera ha dado paso a una noche permanente en el área de operaciones de Opportunity.
Por este motivo, los ingenieros de la NASA tratarán de vigilar los niveles de energía de la nave en los próximos días y buscar posibles alternativas. Además, han pedido apoyo a la Red de Comunicaciones de Espacio Profundo (DSN o «Deep Space Nework») para tratar de establecer contacto.
El rover Curiosity, también de la NASA, está fuera de peligro porque cuenta con suministro de energía nuclear, aparte de los paneles solares. Desde su posición en el cráter Gale ha tomado instantáneas de una atmósfera marciana turbia por la enorme tormenta. Fotografía tomada por Curiosity el pasado 2 de junio. Se aprecia la turbidez de la atmósfera - NASA/JPL-Caltech/MSSS
La tormenta fue detectada el 30 de mayo por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), y desde ese momento el equipo de la Opportunity comenzó a preparar planes de contingencia, destinados a maximizar la cantidad de energía solar captada y a disminuir el consumo.
En estos momentos la tormenta alcanza una extensión de 35 millones de kilómetros cuadrados, un cuarto del área del planeta y una superficie superior a la de América del Norte.
Aunque el rover se perdiera en esta ocasión, la NASA no estaría ante un fracaso. La misión de este robot estaba diseñada para durar 90 días, pero ha estado trabajando durante casi 15 años. Este robot fue lanzado en 2003 y desde enero de 2004 ha estado explorando el planeta rojo. En todo ese tiempo, el rover ha recorrido 45,10 kilómetros por el suelo marciano, lo que le ha llevado a visitar varios cráteres y emplazamientos interesantes.
Aunque el panorama es bastante oscuro, lo cierto es que este robot ha pasado por situaciones peores. En 2005 se quedó atascado en una duna de arena y varias de sus seis ruedas quedaron enterradas. Durante seis semanas se hicieron simulaciones por ordenador para buscar la mejor forma de extraer el rover sin dañar al valioso, y caro, aparato.
En 2007 otra tormenta cubrió el planeta y dificultó las operaciones durante dos semanas. En esta ocasión, se dejó de contactar con el rover durante varios días para ahorrar energía. Pasada la tormenta se le pudo devolver a la vida.
Estas tormentas no son sorprendentes, pero sí que resultan infrecuentes. Pueden durar semanas o incluso meses, porque durante el verano del hemisferio sur el Sol calienta el polvo en suspensión y aumenta la velocidad del viento.
Fuente ABC CIENCIA