Mejoran sus habilidades cognitivas cuando tienen 10 años
Conversar con los bebés aumenta sus habilidades cognitivas cuando tienen 10 años de edad, ha descubierto una investigación. Los que interactúan verbalmente con sus padres mejoran resultados en el cociente intelectual, habilidades lingüísticas y cognitivas en la escuela, en relación con los demás niños de su edad.
Los bebés entre 18 y 24 meses que interactúan frecuentemente con sus padres, principalmente hablando con ellos, mejoran sus habilidades cognitivas cuando tienen 10 años, ha descubierto una investigación dirigida por Jill Gilkerson, de la Fundación LENA (Boulder, Colorado) y publicada en la revista Pediatrics.
Anteriores investigaciones ya habían establecido una relación entre la cantidad de interacciones vividas por los bebés y su coeficiente intelectual (CI), pero los resultados de esta investigación son todavía mucho más precisos.
Gilkerson y su equipo han demostrado que la experiencia verbal de un bebé en los primeros meses de vida permite establecer el desarrollo cognitivo y lingüístico que los pequeños tendrán diez años después.
Los investigadores explican que un régimen alimenticio sano a la edad de 2 años no sólo permite que el bebé crezca sano, sino que lo predispone a tener un peso saludable cuando tiene 12 años de edad.
Conversar es tan importante como comer
El mismo ejemplo es válido para la comunicación, señalan, ya que las conversaciones que los padres pueden tener con su bebé equivalen para su cerebro a lo que representa una dieta nutritiva para el desarrollo corporal.
Lo comprobaron analizando 5.000 minutos de registros de audio de 146 bebés y niños pequeños, de entre dos meses y cuatro años, cuando interactuaban con sus padres. Esos mismos niños fueron sometidos a diferentes test para medir sus habilidades lingüísticas y capacidades cognitivas cuando tenían entre 9 y 14 años.
El estudio se inició en 2006 y participaron cerca de 150 familias, a las que se pidió que colocaran en la ropa de los niños un dispositivo que registrara las conversaciones diarias durante seis meses.
Un programa informático registró automáticamente las vocalizaciones de los niños y los estímulos verbales que les proporcionaban sus padres. De esta forma, los investigadores pudieron analizar las reacciones de los bebés, ya fuera un balbuceo o cualquier otro gesto. El programa registró 12 horas diarias de “conversaciones” durante los seis meses.
Resultados categóricos
Analizando estos datos, la investigación descubrió que las conversaciones mantenidas entre los 18 y los 24 meses de edad explican el aumento de entre un 14% y un 17% de las diferencias en el cociente intelectual, en sus habilidades lingüísticas y en la capacidad cognitiva de estos niños, en relación con otros de su misma edad.
Los investigadores también apreciaron que los episodios de conversación son la mejor opción para el desarrollo del cerebro infantil, mucho más que el mero hecho de hablar a un bebé sin esperar una respuesta.
Más concretamente, especifican que esas conversaciones aumentan en un 27% la capacidad de comprensión verbal del niño cuando cumple los 10 años, incluso por encima de los factores socioeconómicos de las diferentes familias participantes en el estudio.
Según los investigadores, estos datos apoyan la hipótesis de que la conversación temprana y la interacción, particularmente durante la ventana de desarrollo relativamente estrecha que va desde los 18 a los 24 meses de edad, pueden usarse para predecir el lenguaje escolar y los resultados cognitivos.
Con estos hallazgos, subrayan la necesidad de programas efectivos de intervención temprana que apoyen a los padres en la creación de un ambiente óptimo de aprendizaje inicial de idiomas en el hogar.
Conversar con los bebés aumenta sus habilidades cognitivas cuando tienen 10 años de edad, ha descubierto una investigación. Los que interactúan verbalmente con sus padres mejoran resultados en el cociente intelectual, habilidades lingüísticas y cognitivas en la escuela, en relación con los demás niños de su edad.
Los bebés entre 18 y 24 meses que interactúan frecuentemente con sus padres, principalmente hablando con ellos, mejoran sus habilidades cognitivas cuando tienen 10 años, ha descubierto una investigación dirigida por Jill Gilkerson, de la Fundación LENA (Boulder, Colorado) y publicada en la revista Pediatrics.
Anteriores investigaciones ya habían establecido una relación entre la cantidad de interacciones vividas por los bebés y su coeficiente intelectual (CI), pero los resultados de esta investigación son todavía mucho más precisos.
Gilkerson y su equipo han demostrado que la experiencia verbal de un bebé en los primeros meses de vida permite establecer el desarrollo cognitivo y lingüístico que los pequeños tendrán diez años después.
Los investigadores explican que un régimen alimenticio sano a la edad de 2 años no sólo permite que el bebé crezca sano, sino que lo predispone a tener un peso saludable cuando tiene 12 años de edad.
Conversar es tan importante como comer
El mismo ejemplo es válido para la comunicación, señalan, ya que las conversaciones que los padres pueden tener con su bebé equivalen para su cerebro a lo que representa una dieta nutritiva para el desarrollo corporal.
Lo comprobaron analizando 5.000 minutos de registros de audio de 146 bebés y niños pequeños, de entre dos meses y cuatro años, cuando interactuaban con sus padres. Esos mismos niños fueron sometidos a diferentes test para medir sus habilidades lingüísticas y capacidades cognitivas cuando tenían entre 9 y 14 años.
El estudio se inició en 2006 y participaron cerca de 150 familias, a las que se pidió que colocaran en la ropa de los niños un dispositivo que registrara las conversaciones diarias durante seis meses.
Un programa informático registró automáticamente las vocalizaciones de los niños y los estímulos verbales que les proporcionaban sus padres. De esta forma, los investigadores pudieron analizar las reacciones de los bebés, ya fuera un balbuceo o cualquier otro gesto. El programa registró 12 horas diarias de “conversaciones” durante los seis meses.
Resultados categóricos
Analizando estos datos, la investigación descubrió que las conversaciones mantenidas entre los 18 y los 24 meses de edad explican el aumento de entre un 14% y un 17% de las diferencias en el cociente intelectual, en sus habilidades lingüísticas y en la capacidad cognitiva de estos niños, en relación con otros de su misma edad.
Los investigadores también apreciaron que los episodios de conversación son la mejor opción para el desarrollo del cerebro infantil, mucho más que el mero hecho de hablar a un bebé sin esperar una respuesta.
Más concretamente, especifican que esas conversaciones aumentan en un 27% la capacidad de comprensión verbal del niño cuando cumple los 10 años, incluso por encima de los factores socioeconómicos de las diferentes familias participantes en el estudio.
Según los investigadores, estos datos apoyan la hipótesis de que la conversación temprana y la interacción, particularmente durante la ventana de desarrollo relativamente estrecha que va desde los 18 a los 24 meses de edad, pueden usarse para predecir el lenguaje escolar y los resultados cognitivos.
Con estos hallazgos, subrayan la necesidad de programas efectivos de intervención temprana que apoyen a los padres en la creación de un ambiente óptimo de aprendizaje inicial de idiomas en el hogar.
Fuente TENDENCIAS 21