La capacidad que nos permite estimar mentalmente el intervalo que se va repitiendo con regularidad entre por ejemplo flashes de luz y que nos permite predecir en qué instante se producirá el siguiente, exige pautas complejas de actividad neuronal, que han sido investigadas a fondo en un nuevo estudio.
Controlar el tiempo es esencial para muchas actividades, como tocar el piano, hacer girar una raqueta de tenis, o simplemente mantener una conversación. Unos neurocientíficos han ahora averiguado cómo las neuronas en una parte del cerebro miden los intervalos de tiempo y los reproducen con la mayor precisión posible.
Mehrdad Jazayeri, del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, y Michael N. Shadlen, de la Universidad Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, han encontrado que la corteza intraparietal lateral, que interviene en la función sensoriomotora, representa el tiempo transcurrido, a medida que los animales superiores miden y después reproducen un intervalo temporal (calculan mentalmente un lapso de tiempo igual al transcurrido entre dos eventos que han vivido). Jazayeri y Shadlen también han demostrado cómo los patrones de disparo de la población de neuronas en la corteza intraparietal lateral son capaces de coordinar los aspectos sensoriales y motores del control del tiempo.
La corteza intraparietal lateral es probablemente solo uno de los nodos en un circuito que mide el tiempo. Pero dicha medición, así como el cálculo posterior de un intervalo igual, no se realizan como con un cronómetro. En términos técnicos, ello es más bien un acto activo de inferencia probabilística. Lo que Jazayeri y Shadlen investigan, y han desvelado parcialmente en su reciente estudio, es el conjunto de principios de computación (en términos de cálculos podemos ver al cerebro como un ordenador) que explican cómo las tasas de disparo de las neuronas evolucionan con el paso del tiempo, y cómo se relaciona eso con la conducta de individuos en experimentos. Jazayeri y Shadlen están, en definitiva, comenzando a explicar matemáticamente lo que sucede en el cerebro cuando llevamos a cabo esos procesos mentales.
Controlar el tiempo es esencial para muchas actividades, como tocar el piano o mantener una conversación. En la nueva investigación se ha averiguado cómo las neuronas en una parte del cerebro miden los intervalos de tiempo y los reproducen con la mayor precisión posible.
En experimentos con monos entrenados para prestar atención a un intervalo y calcular luego mentalmente un lapso igual, los científicos han descubierto que los patrones de actividad neuronal en la corteza intraparietal lateral durante la primera fase difieren de los registrados durante la segunda. Su análisis les ha permitido incluso predecir cuándo llegaba el momento en que el mono decidía que ya había transcurrido el tiempo que estaba calculando mentalmente.
Controlar el tiempo es esencial para muchas actividades, como tocar el piano, hacer girar una raqueta de tenis, o simplemente mantener una conversación. Unos neurocientíficos han ahora averiguado cómo las neuronas en una parte del cerebro miden los intervalos de tiempo y los reproducen con la mayor precisión posible.
Mehrdad Jazayeri, del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, y Michael N. Shadlen, de la Universidad Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, han encontrado que la corteza intraparietal lateral, que interviene en la función sensoriomotora, representa el tiempo transcurrido, a medida que los animales superiores miden y después reproducen un intervalo temporal (calculan mentalmente un lapso de tiempo igual al transcurrido entre dos eventos que han vivido). Jazayeri y Shadlen también han demostrado cómo los patrones de disparo de la población de neuronas en la corteza intraparietal lateral son capaces de coordinar los aspectos sensoriales y motores del control del tiempo.
La corteza intraparietal lateral es probablemente solo uno de los nodos en un circuito que mide el tiempo. Pero dicha medición, así como el cálculo posterior de un intervalo igual, no se realizan como con un cronómetro. En términos técnicos, ello es más bien un acto activo de inferencia probabilística. Lo que Jazayeri y Shadlen investigan, y han desvelado parcialmente en su reciente estudio, es el conjunto de principios de computación (en términos de cálculos podemos ver al cerebro como un ordenador) que explican cómo las tasas de disparo de las neuronas evolucionan con el paso del tiempo, y cómo se relaciona eso con la conducta de individuos en experimentos. Jazayeri y Shadlen están, en definitiva, comenzando a explicar matemáticamente lo que sucede en el cerebro cuando llevamos a cabo esos procesos mentales.
Controlar el tiempo es esencial para muchas actividades, como tocar el piano o mantener una conversación. En la nueva investigación se ha averiguado cómo las neuronas en una parte del cerebro miden los intervalos de tiempo y los reproducen con la mayor precisión posible.
En experimentos con monos entrenados para prestar atención a un intervalo y calcular luego mentalmente un lapso igual, los científicos han descubierto que los patrones de actividad neuronal en la corteza intraparietal lateral durante la primera fase difieren de los registrados durante la segunda. Su análisis les ha permitido incluso predecir cuándo llegaba el momento en que el mono decidía que ya había transcurrido el tiempo que estaba calculando mentalmente.
Fuente NCYT