TOTALÁN.- A nueve días del accidente, el equipo de rescatistas que trabaja para encontrar a Julen, el niño de dos años que el domingo pasado cayó en un pozoprofundo de Totalán, Málaga, España, terminó de perforar el túnel paralelo de 60 metros por el que descenderá una cápsula metálica, de 1,05 metros de diámetro por 2,5 de altura, especialmente diseñada para el rescate. Así, bajarán a tierra los socorristas que deberán terminar el trabajo a mano: cavar cuatros metros con herramientas hasta llegar al lugar donde creen que se encuentra el menor.
Sin embargo, la tarea tiene algunas complicaciones. Los especialistas trabajan en el revestimiento de este nuevo agujero para después sí poder introducir el dispositivo creado por el cuerpo de bomberos para descender hasta donde se encuentra Julen. De acuerdo con lo publicado por el diario El País,"una de las mayores dificultades es encajar la ventana desde la que los especialistas de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa comenzarán a cavar unos cuatro metros en horizontal". Las autoridades creen que esta parte del operativo podría llevar al menos 24 horas.
Cuando todo esté listo, se presume que ocho mineros bajarán por turnos de a dos por la cápsula (que se maneja a través de una grúa de precisión y tiene conductos preparados de aire además de un adosado para cargar casi 500 kilos de tierra) para cavar una galería horizontal con un martillo de aire comprimido, hachas y madera para apuntalar el túnel que deben realizar y evitar más complicaciones o desmoronamientos de tierra.
Julen cayó al pozo de 25 centímetros de ancho y más de cien metros de profundidad mientras su familia paseaba por una finca privada en Totalán el domingo 13 de enero. Desde entonces, y pese a los esfuerzos de los cientos de personas que forman parte del operativo, no hubo señales de vida del pequeño. Sí se encontraron en el lugar pelos del menor y una bolsa de golosinas que tenía al momento de caer.
En los últimos días, mineros e ingenieros españoles se sumaron a los trabajadores de una compañía sueca que ayudó a localizar a 33 mineros chilenos rescatados después de 69 días bajo tierra hace más de siete años; al mismo tiempo niños y familias se volcaron en vigilias nocturnas en toda España para mostrar su apoyo.
Los padres de Julen siguen de cerca el rescate mientras son acompañados por un equipo de psicólogos, que intenta controlar y regular las emociones ante la incertidumbre, a sabiendas de que no es la primera vez que Jose Rosello y Victoria Garcia enfrentan una tragedia: en 2017, su primer hijo, que por entonces tenía tres años, murió repentinamente tras sufrir un paro cardíaco mientras caminaban por la playa.
Fuente LA NACION