Un virus antiguo podría haber dado lugar a una proteína (llamada Arc) a la que debemos la comunicación entre las células nerviosas, que finalmente derivó en nuestro despliegue de habilidades cognitivas complejas, como la propia conciencia. Eso es lo que sugiere un equipo de científicos de la Universidad de Utah que ha publicado este estudio en la revista Cell.
La proteína Arc
Según Jason Shepherd, líder del trabajo, la posibilidad de que las proteínas parecidas a virus puedan ser la base de una forma novedosa de comunicación de célula a célula en el cerebro podría cambiar nuestra comprensión de cómo se hacen los recuerdos. Debido a que Arc parece una proteína viral, en el estudio se diseñó una serie de experimentos para probar si también obraba como un virus. La respuesta es que sí.
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La proteína Arc
Según Jason Shepherd, líder del trabajo, la posibilidad de que las proteínas parecidas a virus puedan ser la base de una forma novedosa de comunicación de célula a célula en el cerebro podría cambiar nuestra comprensión de cómo se hacen los recuerdos. Debido a que Arc parece una proteína viral, en el estudio se diseñó una serie de experimentos para probar si también obraba como un virus. La respuesta es que sí.
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