Lo que tu tostadora de pan puede enseñarte sobre el Universo

Vivimos en un mundo hermosamente complicado, lleno de gatos, árboles, senderos, clarinetes y todo tipo de cosas.

En comparación, el Universo entero es muy simple... hasta los cosmólogos están dispuestos a admitir que eso es cierto.

Es difícil de entender pero no es remotamente tan enredado como nuestro mundo.

No obstante, las mismas reglas de Física rigen todo.

Eso significa que hasta en tu cocina puedes aprender cosas que aclaran aspectos sobre la naturaleza fundamental del Universo.

Empecemos con una tostadora

Yo pienso que es mejor prestarle atención a una tostadora antes de preocuparse por entender el resto del Universo: funciona con las misma reglas de física... y encima tuesta el pan.

Al calentarse, el brillo de los elementos de la tostadora es de color naranja.

Nadie tiene una tostadora cuyas resistencias brillen de color azul.

Ese color no puede cambiarse. Obedece a un principio muy fundamental de la Física que se aplica a todo lo que hay en el Universo.

Brillo universal

Todos los objetos brillan porque tienen una temperatura, y cada temperatura está asociada con un color específico.

Por ejemplo, la temperatura de algo que brilla blanco es de alrededor de 1300℃; la de algo naranja, es de unos 950℃; cuando llega a rojo, es de más o menos 650℃.

Cuando apagas la tostadora y se va enfriando, sigue brillando, sólo que en colores que no podemos ver.

Pero una cámara infrarroja, sí.

Si nosotros pudiéramos ver infrarrojo, nunca necesitaríamos un termómetro, pues podríamos saber cuál es la temperatura de todo con sólo echar un vistazo.

¡Suena como un gran superpoder!... hasta que te das cuenta de que significaría que nunca podríamos ver la oscuridad completa porque el mundo que nos rodea estaría siempre iluminado por esos brillos.

Yo estoy brillando, tú está brillando, todo lo que ves está brillando, así como el Universo.

Mira hacia arriba

Entre las estrellas, el cielo es negro.

Durante siglos los astrónomos pensaron que no había nada en esos espacios.

Pero a medida que los telescopios mejoraron, descubrieron que había un leve brillo.

Chequearon si coincidía con alguna temperatura.

Tuvieron que bajar mucho en la escala pero finalmente encontraron una correspondencia en la región de las microondas, en la que las ondas de luz miden un milímetro de longitud de onda.

La temperatura que corresponde a ese color es 2,7 kelvin, es decir, 2,7 grados sobre el cero absoluto, lo más frío que existe.

Así que el Universo es fenomenalmente frío, pero ese poquito de calor está ahí, un legado del Big Bang.

Y, como ves, puedes medir la temperatura del Universo valiéndote de exactamente los mismos conocimientos de Física que usas para saber si tu tostadora está funcionando.

Fuente BBC MUNDO 



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