La imagen de la Vía Láctea ha nutrido los sueños y las fantasías del ser humano desde el primer momento en que nuestra especie tomó conciencia de su lugar en el universo. Desde los mitos de las culturas antiguas hasta los logros de la astronomía moderna, la galaxia en donde nos encontramos se nos ha aparecido como ese punto del espacio a la vez palpable y remoto, cercano pero también un tanto inimaginable.
La imagen que acompaña esta nota puede sumarse a esas figuraciones. Se trata de un mapa estelar realizado por científicos de la Universidad de Varsovia, en Polonia, a partir de observaciones realizadas sobre las cefeidas.
Las cefeidas son estrellas observadas por primera vez en 1912 por Henrietta Swan Leavitt, una pionera de la astronomía en Estados Unidos que descubrió que las cefeidas alternaban sus niveles de luz y oscuridad en períodos constantes. Leavitt notó que cuanto más brillante era una estrella, más extenso era dicho período. Gracias a su trabajo, los astrónomos posteriores encontraron un método para medir la distancia que nos separa de otras galaxias. Asimismo, con el tiempo se descubrió que hay estrellas con este mismo comportamiento en otras galaxias.
Al medir los cambios en la luminosidad en más de 2 mil 400 estrellas cefeidas, los investigadores polacos dirigidos por la doctora Dorota Skowron pudieron establecer la distancia de cada una de las estrellas y a partir de ello elaborar este mapa de la Vía Láctea.
De acuerdo con este descubrimiento, la Vía Láctea tiene un radio de aproximadamente 70 mil años luz y su forma es una espiral de cuatro brazos, con sus zonas exteriores “dobladas” una hacia arriba y otra hacia abajo.
La imagen que acompaña esta nota puede sumarse a esas figuraciones. Se trata de un mapa estelar realizado por científicos de la Universidad de Varsovia, en Polonia, a partir de observaciones realizadas sobre las cefeidas.
Las cefeidas son estrellas observadas por primera vez en 1912 por Henrietta Swan Leavitt, una pionera de la astronomía en Estados Unidos que descubrió que las cefeidas alternaban sus niveles de luz y oscuridad en períodos constantes. Leavitt notó que cuanto más brillante era una estrella, más extenso era dicho período. Gracias a su trabajo, los astrónomos posteriores encontraron un método para medir la distancia que nos separa de otras galaxias. Asimismo, con el tiempo se descubrió que hay estrellas con este mismo comportamiento en otras galaxias.
Al medir los cambios en la luminosidad en más de 2 mil 400 estrellas cefeidas, los investigadores polacos dirigidos por la doctora Dorota Skowron pudieron establecer la distancia de cada una de las estrellas y a partir de ello elaborar este mapa de la Vía Láctea.
De acuerdo con este descubrimiento, la Vía Láctea tiene un radio de aproximadamente 70 mil años luz y su forma es una espiral de cuatro brazos, con sus zonas exteriores “dobladas” una hacia arriba y otra hacia abajo.
Fuente PIJAMA SURF