¿Quiere vencer al coronavirus? Trate su diabetes e hipertensión

Aunque la Organización Mundial de la Salud fijó la tasa de mortalidad del nuevo coronavirus, COVID-19, en 3.4 %, un estudio en Nature Medicine lo puso mucho más bajo, en 1.4 %.

El hecho es que, los casos leves y asintomáticos que no se informan ni se aprueban, no están incluidos en las cifras oficiales de la tasa de mortalidad de COVID-19, lo que podría desviar la tasa de mortalidad y hacer que parezca más alta de lo que realmente es.

Sin embargo, Italia, el "nuevo" epicentro de COVID-19, informó que el número de muertes superó a las de China entre a mediados y finales de marzo de 2020.

Debido a que es el hogar de la segunda población más antigua del mundo después de Japón, la población de adultos mayores de Italia tiene un mayor riesgo de muerte por COVID-19, pero existe otro factor que también lo hace más susceptible a la muerte o gravedad si contrae COVID-19: una condición de salud subyacente, en particular diabetes o presión arterial alta.

Por esa razón, si desea estar saludable en esta pandemia, una de las mejores estrategias que puede tomar es controlar sus afecciones crónicas subyacentes; de hecho, la diabetes y la presión arterial alta se pueden revertir por medio una alimentación y un estilo de vida saludables.
El 99 % de las muertes por COVID-19 en Italia tenía condiciones subyacentes

Según un estudio realizado por The Istituto Superiore di Sanità, la autoridad italiana de salud, reportó que más del 99 % de las muertes por COVID-19 ocurrieron en personas con afecciones médicas subyacentes.

El hallazgo provino de un análisis del 18 % de las muertes de COVID-19 en Italia, que reveló que solo tres personas fallecidas, equivalente al 0.8 %, no tenía afecciones subyacentes. En cambio, casi la mitad de las víctimas tenía tres condiciones subyacentes, mientras que un cuarto tenía una o dos.

Además, entre las muertes, el 76.1 % tenía presión arterial alta, el 35.5 % diabetes y el 33 % alguna enfermedad cardíaca. Aunque la edad promedio de los infectados era de 63 años, la mayoría de las muertes ocurrieron en personas mayores, cuya edad promedio fue de 79.5 años. Los que tenían menos de 40 años cuando murieron tenían afecciones de salud graves.

Un informe de la Misión Conjunta OMS-China sobre el COVID-19, publicado en febrero de 2020, encontró una mayor tasa de mortalidad (CFR) entre las personas con condiciones de salud adicionales. Mientras que las personas sanas tenían un CFR de 1.4 %, aquellos con condiciones comórbidas tenían tasas mucho más elevadas, como las siguientes:
  • Enfermedad cardiovascular: 13.2 %
  • Diabetes: 9.2 %
  • Presión arterial alta: 8.4 %
  • Enfermedad respiratoria crónica: 8 %
  • Cáncer: 7.6%

Condiciones subyacentes como la obesidad, aumentan el riesgo de peores resultados

Otro estudio que analizó el impacto de las afecciones de salud coexistentes, como la presión arterial alta, enfermedades cardíacas y diabetes, en los resultados de COVID-19 encontró que están relacionados a dar un mal resultado negativo, como el ingreso a una unidad de cuidados intensivos, necesidad ventilación invasiva o muerte.

El estudio involucró a 1590 pacientes hospitalizados confirmados por laboratorio, y reveló que las personas con alguna enfermedad crónica tenían 1.8 veces más probabilidades de tener un mal resultado comparadas con las que no tenían enfermedad. Esto aumentó la probabilidad a 2.6 veces en las personas con dos afecciones crónicas.

La primera revisión de casos fatales de COVID-19 en China encontró que la diabetes puede estar relacionada con la mortalidad, como lo hizo un informe de 72 314 casos por el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades.

Aunque los investigadores encontraron una tasa de mortalidad del 2.3 % en la población general, esto aumentó al 10.5 % entre las personas con alguna enfermedad cardiovascular y al 7.3 % para las personas con diabetes. Del mismo modo, en un estudio de Lancet con 191 pacientes en China, el 48 % de los que murieron por COVID-19 tenía presión arterial alta.

Asimismo, el Centro Nacional de Auditoría e Investigación de Cuidados Intensivos publicó un informe sobre 196 pacientes en estado crítico con COVID-19. Entre ellos, 56 pacientes tenían un índice de masa corporal (IMC) de 25 a 30, que se clasifica como sobrepeso, 58 tenían un IMC de 30 a 40, lo que indica obesidad, y 13 tenían un IMC de 40 o más, que se clasifica como obesidad severa.

En general, el 71.7 % de los pacientes críticos tenían sobrepeso, obesidad u obesidad severa.

Esto podría tener serias implicaciones para los Estados Unidos, donde aproximadamente el 45 %, o 133 millones de personas sufren al menos alguna enfermedad crónica. Entre ellos, más de 1 de cada 10 tiene diabetes (y otro 1 de cada 3 tiene prediabetes), mientras que 108 millones de adultos tienen presión arterial alta. Además, el 71.6 % de los adultos mayores de 20 años en Estados Unidos tienen sobrepeso u obesidad.

¿Loa inhibidores de la ECA son parte del problema?

En otro hallazgo interesante es que los investigadores de la Universidad de Basilea en Suiza notaron que en tres estudios de pacientes con COVID-19, las afecciones subyacentes más frecuentes (enfermedad cardíaca, diabetes e hipertensión) son aquellas que a menudo se tratan con inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA). Explicaron en The Lancet Respiratory Medicine:

"Los coronavirus patógenos humanos (coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo [SARS-CoV] y SARS-CoV-2) se unen a sus células a través de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que se expresa por las células epiteliales del pulmón, intestino, riñón y vasos sanguíneos.

La expresión de ACE2 aumenta en pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2, que son tratados con inhibidores de la ECA y bloqueadores de los receptores de angiotensina II tipo I (BRA). La hipertensión también se trata con inhibidores de la ECA y BRA, lo que da como resultado una regulación positiva de la ECA2”.

En resumen, la enzima ECA2 es beneficiosa porque promueve la regeneración de tejidos, y los inhibidores de la ECA y los BRA (así como el ibuprofeno) aumentan la formación de la ECA 2. El problema es que el coronavirus se une a la ECA2 y lo usa para ingresar a las células, donde luego se multiplica.

"Por esa razón", dijo el autor del estudio Michael Roth en un comunicado de prensa, "sugerimos más investigaciones sobre el uso de estos medicamentos en pacientes con COVID-19".
El objetivo es la resistencia a la insulina

El denominador común probable para estas enfermedades es nuestra antigua némesis, resistencia a la insulina, en respuesta a una alimentación alta en carbohidratos y alimentos procesados. La resistencia a la insulina contribuye a estas enfermedades y altera la función inmunológica. Por lo tanto, si su nivel de azúcar en la sangre en ayunas es superior a 100, debería hacer algún esfuerzo para controlarlo.

A medida que aumentan los niveles de insulina y leptina, aumenta la presión arterial. Con el tiempo se puede volver resistente a la insulina o leptina. Además, la diabetes tipo 2 es una enfermedad de resistencia a la insulina que produce un nivel elevado de azúcar en la sangre.

Cuando su cuerpo es resistente a la insulina, las células no responden bien a la misma, lo que reduce la capacidad de utilizar la glucosa de la sangre para obtener energía. El páncreas segrega más insulina y trata de superar la débil respuesta de las células en su intento por mantener en un rango saludable de los niveles de glucosa en la sangre.

Como señaló la Dra. Sandra Weber, presidenta de la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos en The New York Times, "sabemos que, si no controla el nivel de glucosa, tendrá un alto riesgo de contraer alguna infección, incluidos virus y, probablemente [COVID-19] ... [mejorar el control de la glucosa] lo pondría en una situación en la que tendría una mejor función inmunológica".
Qué comer y cuándo hacerlo para vencer la resistencia a la insulina

Con respecto a la resistencia a la insulina, la investigación demuestra que el ayuno intermitente promueve la sensibilidad a la insulina y mejora el control del azúcar en la sangre al aumentar las tasas de absorción de glucosa mediada por insulina. Esto es importante para resolver la diabetes tipo 2, presión arterial alta y la obesidad.

La alimentación con tiempo restringido, es decir, la restricción de comer solo durante un período de seis a ocho horas, imita los hábitos alimenticios de nuestros antepasados y lleva su cuerpo a un estado más natural para permitir gran cantidad de beneficios metabólicos.

Aunque existen numerosos protocolos diferentes de ayuno intermitente, recomiendo ayunar diariamente durante 18 horas y consumir todos sus alimentos dentro de un intervalo de seis horas.

Si es nuevo en el concepto de alimentación con tiempo restringido, considere comenzar por saltarse el desayuno y tomar su almuerzo y cena en un plazo de seis horas, digamos las 11 a.m. y las 5 p.m., y asegúrese de dejar de comer tres horas antes de acostarse. Es una herramienta poderosa que puede funcionar en lugar de hacer otros cambios en su alimentación.

Se estudió a 15 hombres con riesgo de diabetes tipo 2 que restringieron su alimentación a un lapso de nueve horas, y mostraron que redujeron su glucosa media en ayunas, independientemente de la hora en que comenzó el consumo de alimentos".

Es importante lo que consume. Recomiendo adoptar una dieta cetogénica cíclica, que implica limitar radicalmente los carbohidratos (reemplazarlos con grasas saludables y cantidades moderadas de proteínas) hasta que esté cerca o en su peso ideal, y le permita a su cuerpo la quema de grasas, no carbohidratos, como su combustible principal.

Pasos para mantenerse saludable

Aunque muchas personas, tanto jóvenes como mayores, se enfrentan a la diabetes tipo 2, la obesidad y la presión arterial alta, se pueden revertir y, al hacerlo, reducirá el riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19.

Junto con el ayuno intermitente y una dieta cetogénica cíclica, los siguientes consejos lo ayudarán a prevenir y revertir la obesidad, diabetes tipo 2 y la presión arterial alta, mientras lo ayudan a fortalecer su sistema inmunológicopara evitar enfermedades crónicas de agentes infecciosos por igual:
  • Limite los azúcares agregados a un máximo de 25 gramos por día. Si tiene diabetes o resistente a la insulina, reduzca el consumo total de azúcar a 15 gramos por día hasta que su resistencia a la insulina/leptina se haya resuelto (luego puede aumentarlo a 25 gramos) y realice el ayuno intermitente tan pronto como sea posible. posible. 
  • Limite los carbohidratos netos (carbohidratos totales menos fibra) y proteínas y reemplácelos con cantidades más altas de grasas saludables de alta calidad como semillas, frutos secos, mantequilla sin pasteurizar de vacas alimentadas con pastura, aceitunas, aguacate, aceite de coco, huevos orgánicos y grasas animales, incluyendo los omega-3 de origen animal.
  • Evite todos los alimentos procesados, incluyendo las carnes procesadas. Para obtener una lista de alimentos que son beneficiosos para los diabéticos, consulte mi artículo anterior "9 superalimentos para diabéticos".
  • Haga ejercicio de forma regular cada semana y aumente el movimiento físico durante las horas de vigilia, con el objetivo de permanecer sentado menos de tres horas al día.
  • Los adultos sanos de mediana edad pudieron mejorar su sensibilidad a la insulina y la regulación del azúcar en la sangre después de solo dos semanas de entrenamiento en intervalos (tres sesiones por semana), mientras que las personas con diabetes tipo 2, realizaron solo una sesión de entrenamiento en intervalos y fueron capaces de mejorar la regulación del azúcar en la sangre durante las siguientes 24 horas.
  • La capacidad de su cuerpo para responder a la insulina también se ve afectada por pasar todo un día sentado, lo que hace que su páncreas produzca mayores cantidades de insulina. 
  • La investigación publicada en Diabetologia también encontró que aquellas personas que permanecieron sentadas durante períodos de tiempo más largos tenían el doble de probabilidades de tener diabetes o alguna enfermedad cardíaca, en comparación con las que se sentaron menos, así que asegúrese de estar en movimiento.
  • Duerma lo suficiente. La mayoría necesita dormir alrededor de ocho horas por noche. La investigación ha demostrado que la falta de sueño puede tener una influencia significativa en la sensibilidad a la insulina y la función inmunológica.
  • Mejore su nivel de vitamina D a través de la exposición regular a los rayos del sol. Si usa suplementos de vitamina D3 por vía oral, asegúrese de aumentar también su consumo de magnesio y vitamina K2, ya que estos nutrientes mejoran su nivel de vitamina D.
  • Controlar su estrés debe ser una parte regular de su plan de apoyo inmunológico y de reducción de la hipertensión, ya que la hipertensión a menudo tiene un componente emocional, en especial si tiene estrés o ansiedad crónica. Usar las Técnicas de libertad emocional (EFT) también es una excelente recomendación.

Fuente MERCOLA



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