Investigadores de la Facultad de Medicina y de la de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA) participarán en las etapas iniciales del desarrollo de una posible vacuna contra la pandemia del coronavirus que se está desarrollando en Estados Unidos. Ellos serán quienes realicen las pruebas con animales.
En colaboración con un equipo de investigadores de la institución estadounidense, los expertos argentinos serán los encargados de realizar la prueba preclínica en animales, a fin de probar la eficacia de la vacuna MVA-MoCov, generada por investigadores de la Universidad de Winsconsin. Podría servir para inmunizar a la población humana frente al virus SARS-CoV-2 y para protegerla de otros coronavirus emergentes como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS).
LA NACION habló con el doctor Gabriel Capitelli, profesor titular de la cátedra de Biología de la Facultad de Medicina de la UBA, quien será parte de este estudio. El profesional explicó que "la vacuna es el único medio efectivo para proteger, no solo contra el coronavirus, sino contra cualquier enfermedad infecciosa. Se usa siempre como prevención y se vacuna en grandes masas de la población, tanto humana como de animales, para evitar que se produzca una pandemia como sucedió en este caso".
"Hay que vacunar al 70 u 80% de la población para acortar el ciclo y, a partir de ahí, si todos están inmunizados, ya no podría entrar la enfermedad", dijo. Y comparó la eficiencia de la vacuna con la de un tratamiento: "Tener un tratamiento no significa que uno tiene le panacea, porque por más de que sea efectivo, no protege sino que cura cuando la persona ya está enferma, y ahí depende mucho del paciente. No hay enfermedades sino enfermos. La misma enfermedad puede afectar a dos pacientes de la misma edad de formas totalmente diferentes: uno puede salir asintomático y, el otro, lamentablemente puede morirse".
Tal como detalló el desarrollo de una vacuna para humanos tiene varias fases. En primer lugar, se refirió a la etapa de laboratorio, que es la que "permite obtener el antígeno que es lo que va a dar la respuesta inmunológica el día de mañana para que sea aplicado a un organismo vivo y genere los anticuerpos".
Luego, se sigue con el "escalado" en el que se produce "un lote piloto que tiene que tener homogeneidad en todos sus compuestos para que pueda ser utilizado en estudios clínicos y se puede probar". Esto da lugar a la siguiente instancia, en la que se revisa la toxicidad y la inmunogenicidad en animales que, en este caso, se hará en murciélagos y gatos.
Según definió el doctor, con la toxicidad se busca confirmar "que no produzca reacciones adversas" y la inmunogenicidad evalúa -a partir de una extracción de sangre- si genera anticuerpos que protejan al organismo. Esta será, entonces, la etapa que se hará en suelo argentino y será responsabilidad del equipo de investigadores de la UBA.
Capitelli señaló que, si se supera esta instancia, se pasaría a las pruebas en humanos, para la cual se hace un estudio en 3 fases que se realizará en Estados Unidos con voluntarios sanos. Aquí, además de revisar la toxicidad y la inmunogenicidad, se realizará una prueba con una mayor cantidad de personas para confirmar que la vacuna puede ser comercializada.
"Una vacuna tarda mucho en ser desarrollada. Hay casos en los que se tarda entre 2, 3 y 10 años desde que comienza el trabajo en laboratorios hasta que se aprueba para humanos", añadió el profesor titular de la UBA. Sin embargo, destacó que en cuanto al nuevo coronavirus "hay otras que están en investigación y ya llegaron a la fase humana". Tal como dijo, con el Covid-19 se está siguiendo un sistema "fast track", es decir, que las autoridades regulatorias de los países siguen un tratamiento que reduce considerablemente estos tiempos.
"En biología dos más dos nunca es cuatro; uno no sabe cómo va a resultar hasta que no lo prueba. Entonces, cuando uno tiene un producto en sus manos puede funcionar excelentemente bien o no", aclaró, y explicó que no se puede estimar cuándo estará lista la vacuna. "Hasta que no se hacen los estudios preclínicos y los clínicos en humanos, no se sabe si funciona". Para el profesional en este tipo de procedimientos es muy importante ir paso a paso antes de plantear el siguiente desafío.
El grupo de trabajo de la Universidad de Wisconsin desarrolló la vacuna bajo la coordinación del doctor Jorge Osorio. Los investigadores de la Universidad de Buenos Aires están dirigidos por la doctora Silvia Colavecchia y, además del doctor Gabriel Capitelli, cuentan con la participación de la doctora Silvia Mundo. "La UBA ocupa el puesto 74 entre más de 20 mil universidades en todo el mundo. Somos la primera universidad rankeada en Iberoamérica", resaltó orgulloso.
En colaboración con un equipo de investigadores de la institución estadounidense, los expertos argentinos serán los encargados de realizar la prueba preclínica en animales, a fin de probar la eficacia de la vacuna MVA-MoCov, generada por investigadores de la Universidad de Winsconsin. Podría servir para inmunizar a la población humana frente al virus SARS-CoV-2 y para protegerla de otros coronavirus emergentes como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS).
LA NACION habló con el doctor Gabriel Capitelli, profesor titular de la cátedra de Biología de la Facultad de Medicina de la UBA, quien será parte de este estudio. El profesional explicó que "la vacuna es el único medio efectivo para proteger, no solo contra el coronavirus, sino contra cualquier enfermedad infecciosa. Se usa siempre como prevención y se vacuna en grandes masas de la población, tanto humana como de animales, para evitar que se produzca una pandemia como sucedió en este caso".
"Hay que vacunar al 70 u 80% de la población para acortar el ciclo y, a partir de ahí, si todos están inmunizados, ya no podría entrar la enfermedad", dijo. Y comparó la eficiencia de la vacuna con la de un tratamiento: "Tener un tratamiento no significa que uno tiene le panacea, porque por más de que sea efectivo, no protege sino que cura cuando la persona ya está enferma, y ahí depende mucho del paciente. No hay enfermedades sino enfermos. La misma enfermedad puede afectar a dos pacientes de la misma edad de formas totalmente diferentes: uno puede salir asintomático y, el otro, lamentablemente puede morirse".
Tal como detalló el desarrollo de una vacuna para humanos tiene varias fases. En primer lugar, se refirió a la etapa de laboratorio, que es la que "permite obtener el antígeno que es lo que va a dar la respuesta inmunológica el día de mañana para que sea aplicado a un organismo vivo y genere los anticuerpos".
Luego, se sigue con el "escalado" en el que se produce "un lote piloto que tiene que tener homogeneidad en todos sus compuestos para que pueda ser utilizado en estudios clínicos y se puede probar". Esto da lugar a la siguiente instancia, en la que se revisa la toxicidad y la inmunogenicidad en animales que, en este caso, se hará en murciélagos y gatos.
Según definió el doctor, con la toxicidad se busca confirmar "que no produzca reacciones adversas" y la inmunogenicidad evalúa -a partir de una extracción de sangre- si genera anticuerpos que protejan al organismo. Esta será, entonces, la etapa que se hará en suelo argentino y será responsabilidad del equipo de investigadores de la UBA.
Capitelli señaló que, si se supera esta instancia, se pasaría a las pruebas en humanos, para la cual se hace un estudio en 3 fases que se realizará en Estados Unidos con voluntarios sanos. Aquí, además de revisar la toxicidad y la inmunogenicidad, se realizará una prueba con una mayor cantidad de personas para confirmar que la vacuna puede ser comercializada.
"Una vacuna tarda mucho en ser desarrollada. Hay casos en los que se tarda entre 2, 3 y 10 años desde que comienza el trabajo en laboratorios hasta que se aprueba para humanos", añadió el profesor titular de la UBA. Sin embargo, destacó que en cuanto al nuevo coronavirus "hay otras que están en investigación y ya llegaron a la fase humana". Tal como dijo, con el Covid-19 se está siguiendo un sistema "fast track", es decir, que las autoridades regulatorias de los países siguen un tratamiento que reduce considerablemente estos tiempos.
"En biología dos más dos nunca es cuatro; uno no sabe cómo va a resultar hasta que no lo prueba. Entonces, cuando uno tiene un producto en sus manos puede funcionar excelentemente bien o no", aclaró, y explicó que no se puede estimar cuándo estará lista la vacuna. "Hasta que no se hacen los estudios preclínicos y los clínicos en humanos, no se sabe si funciona". Para el profesional en este tipo de procedimientos es muy importante ir paso a paso antes de plantear el siguiente desafío.
El grupo de trabajo de la Universidad de Wisconsin desarrolló la vacuna bajo la coordinación del doctor Jorge Osorio. Los investigadores de la Universidad de Buenos Aires están dirigidos por la doctora Silvia Colavecchia y, además del doctor Gabriel Capitelli, cuentan con la participación de la doctora Silvia Mundo. "La UBA ocupa el puesto 74 entre más de 20 mil universidades en todo el mundo. Somos la primera universidad rankeada en Iberoamérica", resaltó orgulloso.
Fuente LA NACION