El biólogo Jeremy Narby ha dedicado los últimos veinte años de su vida a investigar la forma en la que los indígenas del Amazonas obtienen información de las plantas. Viviendo en diferentes comunidades en el Amazonas después de terminar su doctorado en Stanford y siendo director de la ONG Nouvelle Planète, Narby ha intentado crear un modelo científico para describir la comunicación que dicen sostener los chamanes con plantas y espíritus de la naturaleza.
El chamanismo tradicional, que se basa en una especie de alianza entre los chamanes y la naturaleza, bajo la óptica Narby, es una relación molecular, en la que a través de una serie de técnicas, los curanderos, icareros y demás líderes de comunidad logran obtener información directamente del ADN de un organismo.
En su libro “The Cosmic Serpent”, una metáfora del ADN, Narby relata como el descubrimiento de ciertas medicinas, como el curare o la ayahuasca, las cuales están basadas en una interacción sinergística de diferentes plantas, habrían sido casi imposibles de encontrar a través de un método de prueba y error. Esto sugiere que existe una especie de inteligencia embebida en la naturaleza, la cual teoriza Narby se comunica a través de biofotones –se ha demostrado que el ADN emite una radiación débil de fotones. Narby describe lo que quiere decir con una “inteligencia en la naturaleza”:
Inteligencia viene de la palabra latina inter-legere, elegir entre dos o más cosas. Parece que existe una capacidad para elegir operando dentro de las células de nuestro cuerpo, al nivel incluso de proteínas y enzimas. El ADN en sí mismo es una especie de “texto” que funciona a través de un sistema de codificación llamado “código genético”, el cual es notablemente similar a los códigos usados por el ser humano. Algunas enzimas editan la transcripción del RNA del texto del ADN y añaden nuevas letras; cualquier error durante esta edición puede ser fatal para un organismo; así que las enzimas consistentemente están tomando decisiones acertadas; si o lo hacen, algo sale mal y se llega al cáncer y a otras enfermedades. Las células envían señales entre sí, en la forma de proteínas y moléculas. Estas señales significan: divide, o no dividas, muévete o no te mueves, mátate o mantente vivo. Cada una de las células está escuchando cientos de señales en cada momento y tiene que integrarlas y decidir que hacer. ¿Cómo opera esta inteligencia es la cuestión?
El ADN entra en acción aquí. Narby lo concibe como un código de programación universal –literalmente lenguaje viviente. Es posible que vivamos en un “mundo inherentemente simbólico”, y quizás por esto, sugiere Narby, exista la imagen de una serpiente –similar a la doble hélice del ADN– recurrentemente en numerosas historias de creación.
A fin de cuentas lo que sugiere Narby es radical para la biología establecidad. La inteligencia en su teoría no es sólo el resultado de la complejidad de la materia en sus funciones más elevadas –organizada en un cerebro, por ejemplo—sino es una propiedad de toda la materia viva, que en cada uno de sus componentes refleja una capacidad de hacer elecciones inteligentes y comunicarlas.
El chamanismo tradicional, que se basa en una especie de alianza entre los chamanes y la naturaleza, bajo la óptica Narby, es una relación molecular, en la que a través de una serie de técnicas, los curanderos, icareros y demás líderes de comunidad logran obtener información directamente del ADN de un organismo.
En su libro “The Cosmic Serpent”, una metáfora del ADN, Narby relata como el descubrimiento de ciertas medicinas, como el curare o la ayahuasca, las cuales están basadas en una interacción sinergística de diferentes plantas, habrían sido casi imposibles de encontrar a través de un método de prueba y error. Esto sugiere que existe una especie de inteligencia embebida en la naturaleza, la cual teoriza Narby se comunica a través de biofotones –se ha demostrado que el ADN emite una radiación débil de fotones. Narby describe lo que quiere decir con una “inteligencia en la naturaleza”:
Inteligencia viene de la palabra latina inter-legere, elegir entre dos o más cosas. Parece que existe una capacidad para elegir operando dentro de las células de nuestro cuerpo, al nivel incluso de proteínas y enzimas. El ADN en sí mismo es una especie de “texto” que funciona a través de un sistema de codificación llamado “código genético”, el cual es notablemente similar a los códigos usados por el ser humano. Algunas enzimas editan la transcripción del RNA del texto del ADN y añaden nuevas letras; cualquier error durante esta edición puede ser fatal para un organismo; así que las enzimas consistentemente están tomando decisiones acertadas; si o lo hacen, algo sale mal y se llega al cáncer y a otras enfermedades. Las células envían señales entre sí, en la forma de proteínas y moléculas. Estas señales significan: divide, o no dividas, muévete o no te mueves, mátate o mantente vivo. Cada una de las células está escuchando cientos de señales en cada momento y tiene que integrarlas y decidir que hacer. ¿Cómo opera esta inteligencia es la cuestión?
El ADN entra en acción aquí. Narby lo concibe como un código de programación universal –literalmente lenguaje viviente. Es posible que vivamos en un “mundo inherentemente simbólico”, y quizás por esto, sugiere Narby, exista la imagen de una serpiente –similar a la doble hélice del ADN– recurrentemente en numerosas historias de creación.
A fin de cuentas lo que sugiere Narby es radical para la biología establecidad. La inteligencia en su teoría no es sólo el resultado de la complejidad de la materia en sus funciones más elevadas –organizada en un cerebro, por ejemplo—sino es una propiedad de toda la materia viva, que en cada uno de sus componentes refleja una capacidad de hacer elecciones inteligentes y comunicarlas.
Fuente ECOOSFERA
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Biología