Descubren uno de los mundos más extremos del Universo

Este exoplaneta tarda menos de tres días en dar la vuelta a su estrella, lo que implica temperaturas tan altas que el hierro se vuelve gaseoso

Desde que en 1995 se descubriera el primer exoplaneta, los telescopios han hallado mundos de todo tipo y condición. Y con la intención de ir aumentando la lista se lanzó la misión CHEOPS, que ahora acaba de hallar uno de los planetas más extremos jamás hallados en el Universo: un gigante gaseoso más grande que Júpiter que se encuentra tan cerca de su estrella que la temperatura sube hasta convertir el hierro a estado gaseoso. Las conclusiones se acaban de publicar en la revista « Astronomy & Astrophysics».

Llamado WASP-189b, este mundo orbita la peculiar estrella HD 133112, una de las más calientes que se sabe que es poseedora de un sistema planetario. «El sistema WASP-189 está a 322 años luz de distancia y se encuentra en la constelación de Libra», explica en un comunicado Monika Lendl, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Ginebra y miembro del Centro Nacional de Competencia en Planetas de Investigación.

«WASP-189b es especialmente interesante porque es un gigante gaseoso que orbita muy cerca de su estrella anfitriona. Le lleva menos de tres días dar la vuelta, y está 20 veces más cerca de ella que la Tierra del Sol», apunta Lendl. Además, es 1,5 veces más grande que Júpiter, nuestro mundo más grande. La astrónoma afirma que los objetos planetarios como WASP-189b son muy exóticos: «Tienen un lado de día permanente, que siempre está expuesto a la luz de la estrella y, en consecuencia, un lado de noche permanente». Esto significa que su clima es completamente diferente al de nuestros gigantes gaseosos, Júpiter y Saturno.

«Basándonos en las observaciones usando CHEOPS, estimamos que la temperatura de WASP-189b es de 3200 grados Celsius. Planetas como WASP-189b se denominan 'Júpiter ultracalientes'. El hierro se derrite a una temperatura tan alta que incluso se vuelve gaseoso. Es por ello que es uno de los planetas más extremos que conocemos hasta la fecha», afirma dice Lendl.

Como no podemos ver el planeta con nuestros telescopios -ya que está demasiado lejos de nosotros y demasiado cerca de su estrella anfitriona-, los astrónomos tienen que utilizar métodos indirectos. Para ello, CHEOPS utiliza medidas de brillo muy precisas: cuando un planeta pasa por delante de su estrella mientras miramos desde la Tierra, la estrella parece más débil durante un breve período de tiempo. Este fenómeno se llama tránsito. Monika Lendl explica: «Debido a que el exoplaneta WASP-189b está tan cerca de su estrella, su lado diurno es tan brillante que incluso podemos medir la luz que «falta» cuando el planeta pasa detrás de su estrella; esto se denomina ocultación. Hemos observado varias de esas ocultaciones de WASP-189b con CHEOPS», dice Lendl.

Una estrella también «peculiar»

Pero las sorpresas no acabaron ahí. El equipo también ha descubierto que el tránsito del gigante gaseoso frente a su estrella muestra una forma inclinada, es decir, no viaja alrededor del ecuador, sino de los polos de la estrella. «Gracias a los datos de CHEOPS, podemos concluir que la propia estrella gira tan rápidamente que su forma ya no es esférica, sino elipsoidal. La estrella está siendo arrastrada hacia afuera en su ecuador», explica Willy Benz, coautor del estudio. Es decir, que HD 133112 está tan deformada que es una suerte de «huevo» estelar.

Si la comparamos con nuestro Sol, presenta muchas diferencias: «La estrella es considerablemente más grande que la nuestra. Además más de 2.000 grados Celsius más caliente que nuestro Sol. Debido a que hace tanto calor, la estrella parece azul y no amarillo-blanca como el Sol». Benz agrega: «Se sabe que solo un puñado de planetas orbitan estrellas tan calientes; y este sistema es el más brillante con diferencia». Como consecuencia, WASP-189 constituye un punto de referencia para futuros estudios.

La misión espacial CHEOPS

A pesar de que la misión CHEOPS solo lleva ocho meses desde el inicio de su viaje, la sonda ya ha llevado a cabo importantes descubrimientos. Se trata de una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Suiza en la que participan 21 instituciones científicas de diez países diferentes, entre los que se encuentran dos investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Está liderada por astrónomos suizos, entre ellos el último premio Nobel de Física Didier Queloz, quien junto a Michel Mayor recibió el galardón por hallar el primer planeta orbitando una estrella similar al Sol fuera de nuestro sistema solar.

El objetivo es el seguimiento de exoplanetas previamente ya descubiertos para analizar con precisión su densidad, lo que resulta esencial para entender su estructura y composición. Por ejemplo, nos informa de si son predominantemente gaseosos o rocosos o, quizás, si contienen océanos.




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