El cerebro capta la realidad intercalando pensamientos conscientes e inconscientes

Nuestro cerebro no produce un flujo continuo de información consciente a través del cual percibimos la realidad. Construye e integra la información mediante intervalos de pensamientos conscientes e inconscientes.

Una reciente investigación desarrollada por científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, establece un nuevo modelo que explica la forma en la cual el cerebro humano procesa la información y capta la realidad. Según una nota de prensa, la percepción incluye ciclos de pensamiento consciente que se intercalan con momentos de procesamiento inconsciente, que pueden durar hasta medio segundo.

Habitualmente entendemos que percibimos la realidad como una experiencia continuada, en la cual el flujo de información consciente que nos permite disfrutar de una película o realizar una tarea cotidiana nunca cesa. Sin embargo, los neurocientíficos suizos explican en su estudio que este proceso no es tan lineal. Por el contrario, es un ciclo con permanentes intervalos y variaciones.

Dicho ciclo se compone de momentos de pensamiento consciente intercalados con períodos de procesamiento inconsciente. Durante los ciclos de inconsciencia, el cerebro analiza la información en todas sus facetas, utilizando diferentes regiones cerebrales que se especializan en aspectos como los colores, los sonidos, las formas o el lenguaje. Cuando estos períodos inconscientes concluyen, sobreviene el pensamiento consciente.

Cuando predomina la etapa consciente, el cerebro logra comprender la realidad y captar la información como un todo, gracias a la integración y el análisis de las partes que se realizó previamente en los ciclos de inconsciencia, que pueden extenderse hasta un máximo de 500 milisegundos.

Un nuevo paradigma

La concepción que plantea este nuevo modelo difiere de otras posturas tradicionales y arroja luz sobre la forma en la cual el cerebro se vuelve consciente de la información. Históricamente se ha generado un debate entre los científicos de distintas especialidades que estudian el cerebro y sus manifestaciones, en torno al fenómeno del surgimiento del pensamiento consciente y sus características.

Por ejemplo, algunas teorías sostienen que existe un flujo permanente de percepciones, una hipótesis que el nuevo modelo contradice. Los científicos suizos explican que esta postura presenta muchas limitaciones, aunque se base en el sentido común. Es que al percibir la realidad la entendemos como una continuidad en el tiempo, sin ningún tipo de interrupciones.

Sin embargo, un análisis más profundo nos sirve para encontrar grandes contradicciones en esta hipótesis. Por ejemplo, se ha demostrado en estudios previos que si una persona visualiza sobre una pantalla un punto de un color por una fracción de segundo y luego se le presenta el mismo punto de otro color, el cerebro no capta cada tonalidad por separado sino que las integra en un único color. Si el punto era rojo y luego verde, verá solamente un punto amarillo.

Siguiendo el razonamiento previo, si el pensamiento fuera un flujo continuo de información consciente, tendríamos que poder visualizar cada tonalidad por separado. Frente a estas investigaciones y otros estudios previos que fueron analizados por los expertos suizos, el grupo de investigación concluyó que la consciencia se produce en realidad mediante ciclos intercalados de pensamientos conscientes e inconscientes.
¿Se puede manipular la percepción?

Además de propiciar un nuevo enfoque sobre el problema de la percepción y en torno al proceso que lleva a cabo el cerebro para procesar la información, los neurocientíficos de la EPFL creen que su trabajo podría abrir nuevos canales para manipular la forma en la cual que el cerebro percibe la realidad.

Explicaron que durante los intervalos de procesamiento inconsciente, cuando los detalles sobre la realidad se almacenan en el cerebro por partes, es posible modificar esos detalles mediante técnicas que controlan la actividad cerebral utilizando pulsos magnéticos. Antes de lograr esto, los científicos trabajan en determinar si los factores ambientales u otras influencias pueden variar la duración y las características de los ciclos de pensamiento inconsciente.




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