La clave de la diabetes está en el segundo cerebro

Un bloqueo en la comunicación entre el intestino y el cerebro es la causa principal de los problemas de regulación del azúcar y de la resistencia a la insulina en personas con diabetes. Sin embargo, un lípido podría ser la solución.

Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, han descubierto la clave que activa la diabetes. Se trata de un bloqueo en la comunicación entre el intestino y el cerebro, que produce fallos en la regulación de azúcar y genera resistencia a la insulina. De acuerdo a una nota de prensa, también hallaron un lípido que logra reactivar la integración cerebro-intestino y que podría ser crucial para mejorar los tratamientos contra la diabetes.

El intestino, también conocido como “segundo cerebro” por las neuronas que lo componen y que intervienen en numerosos e importantes procesos para nuestro organismo, tiene un papel clave en los cuadros de diabetes. Se sabía que al comunicarse con el cerebro regula el azúcar en sangre y otros factores, pero ahora también se ha descubierto que un inconveniente en ese intercambio de información puede desencadenar la diabetes tipo 2.

Al comer, nuestro intestino se contrae y digiere los alimentos, mientras grasas y azúcares ingresan al organismo, elevando su nivel en sangre. Dependiendo de la energía a gastar, el cuerpo utiliza estos componentes o los almacena. Sin embargo, en una persona que sufre de diabetes el proceso no funciona correctamente y los niveles de azúcar en sangre se incrementan por fuera de los valores normales.

¿Cuál es la causa de esta anomalía? Para los científicos belgas, la clave está en el intestino. Observaron que el intestino envía una señal al cerebro mientras nos alimentamos, indicándole el destino que deberán tener los azúcares y las grasas que estamos incorporando. Como consecuencia de esto, el cerebro “ordena” a otros órganos como el hígado o los músculos que realicen los procesos necesarios para disminuir el nivel de azúcar en el torrente sanguíneo.

Sin comunicación con el “segundo cerebro”

Sin embargo, en las personas con diabetes este mecanismo funciona mal, debido a que el intestino no envía la señal inicial al cerebro. La causa es un intestino comprimido y bloqueado, que debido a esta condición no logra comunicarse adecuadamente con el cerebro. En consecuencia, el azúcar permanece en su lugar y esto desemboca en la hiperglucemia. La falta del mensaje indicado también inactiva a la insulina y genera resistencia a la misma.

Profundizando en estas reacciones, los científicos encontraron al experimentar con ratones que los prebióticos dentro de la microbiota intestinal jugaban un papel central. Concretamente, hallaron que un lípido en especial se encontraba en proporciones mínimas en los ratones con diabetes.

La gran esperanza

Al probar el impacto de este lípido sobre el proceso de regulación de azúcares y la contracción del intestino, descubrieron que su aumento actúa directamente sobre el “segundo cerebro” y logra reactivar la comunicación perdida. De esta forma, un lípido bioactivo presente en la microbiota intestinal sería capaz de reestablecer las condiciones orgánicas necesarias para reducir el impacto de la diabetes.

Los especialistas creen que la combinación entre el lípido indicado y algunas bacterias intestinales podría servir como base para futuros tratamientos contra la diabetes, que alcancen una mayor efectividad que los empleados actualmente. Es importante tener en cuenta que la diabetes es una de las enfermedades crónicas con mayor incidencia a nivel global, un impacto que crece década tras década.




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