Las personas con esquizofrenia tienen casi tres veces más probabilidades de morir por el coronavirus que las que no padecen la enfermedad psiquiátrica, muestra un nuevo estudio publicado en la revista 'JAMA Psychiatry'. Su mayor riesgo, dicen los investigadores, no puede explicarse por otros factores que a menudo acompañan a los trastornos graves de salud mental, como tasas más altas de enfermedades cardíacas, diabetes y tabaquismo.
Dirigida por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, la investigación mostró que la esquizofrenia es, con mucho, el mayor factor de riesgo (2,7 veces más probabilidades de morir) después de la edad (tener 75 años o más aumenta las probabilidades de morir 35,7 veces). El sexo masculino, las enfermedades cardíacas y la raza ocuparon el siguiente lugar después de la esquizofrenia en orden.
"Nuestros hallazgos ilustran que las personas con esquizofrenia son extremadamente vulnerables a los efectos del COVID-19 --explica la doctora Katlyn Nemani, profesora asistente de investigación en el Departamento de Psiquiatría de NYU Langone Health y autora principal del estudio--. Con esta nueva comprensión, los proveedores de atención médica pueden priorizar mejor la distribución de vacunas, las pruebas y la atención médica para este grupo".
El estudio también mostró que las personas con otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, no tenían un mayor riesgo de muerte por infección por coronavirus.
Desde el comienzo de la pandemia, los expertos han buscado factores de riesgo que hacen que las personas sean más propensas a sucumbir a la enfermedad para reforzar las medidas de protección y asignar recursos limitados a las personas más necesitadas.
Aunque estudios previos han relacionado los trastornos psiquiátricos en general con un mayor riesgo de morir por el virus, la relación entre el coronavirus y la esquizofrenia específicamente no ha quedado clara. Se esperaba un mayor riesgo de mortalidad entre las personas con esquizofrenia, pero no en la magnitud que encontró el estudio, dicen los investigadores.
Los investigadores creían que otros problemas, como las enfermedades cardíacas, la depresión y las barreras para obtener atención, estaban detrás de la baja esperanza de vida observada en los pacientes con esquizofrenia, que en promedio mueren 15 años antes que aquellos sin el trastorno.
Sin embargo, los resultados del nuevo estudio sugieren que puede haber algo en la biología de la esquizofrenia en sí misma que hace que quienes la padecen sean más vulnerables al COVID-19 y otras infecciones virales. Una posible explicación es una alteración del sistema inmunológico, posiblemente relacionada con la genética del trastorno, dice Nemani.
Para la investigación, el equipo de investigación analizó 7.348 registros de pacientes de hombres y mujeres tratados por COVID-19 en el punto álgido de la pandemia en los hospitales Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York y Long Island entre el 3 de marzo y el 31 de mayo de 2020. De estos casos, identificaron al 14 por ciento que fueron diagnosticados con esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo o ansiedad. Luego, los investigadores calcularon las tasas de muerte de los pacientes dentro de los 45 días posteriores a la prueba positiva del virus.
Señalan que esta gran muestra de pacientes que estaban todos infectados con el mismo virus brindó una oportunidad única para estudiar los efectos subyacentes de la esquizofrenia en el cuerpo.
"Ahora que tenemos una mejor comprensión de la enfermedad, podemos examinar más profundamente qué problemas del sistema inmunológico, si los hay, podrían contribuir a las altas tasas de muerte observadas en estos pacientes con esquizofrenia", resalta el autor principal del estudio, Donald Goff, profesor de psiquiatría Marvin Stern en NYU Langone.
Goff, que también es director del Instituto Nathan S. Kline de Investigación Psiquiátrica en NYU Langone, adelanta que los investigadores del estudio planean explorar si los medicamentos utilizados para tratar la esquizofrenia, como los fármacos antipsicóticos, también pueden influir.
Advierte que los autores del estudio solo pudieron determinar el riesgo de los pacientes con esquizofrenia que tenían acceso a pruebas y atención médica. Se necesita más investigación, dice, para aclarar lo peligroso que puede ser el virus para quienes carecen de estos recursos.
Dirigida por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, la investigación mostró que la esquizofrenia es, con mucho, el mayor factor de riesgo (2,7 veces más probabilidades de morir) después de la edad (tener 75 años o más aumenta las probabilidades de morir 35,7 veces). El sexo masculino, las enfermedades cardíacas y la raza ocuparon el siguiente lugar después de la esquizofrenia en orden.
"Nuestros hallazgos ilustran que las personas con esquizofrenia son extremadamente vulnerables a los efectos del COVID-19 --explica la doctora Katlyn Nemani, profesora asistente de investigación en el Departamento de Psiquiatría de NYU Langone Health y autora principal del estudio--. Con esta nueva comprensión, los proveedores de atención médica pueden priorizar mejor la distribución de vacunas, las pruebas y la atención médica para este grupo".
El estudio también mostró que las personas con otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, no tenían un mayor riesgo de muerte por infección por coronavirus.
Desde el comienzo de la pandemia, los expertos han buscado factores de riesgo que hacen que las personas sean más propensas a sucumbir a la enfermedad para reforzar las medidas de protección y asignar recursos limitados a las personas más necesitadas.
Aunque estudios previos han relacionado los trastornos psiquiátricos en general con un mayor riesgo de morir por el virus, la relación entre el coronavirus y la esquizofrenia específicamente no ha quedado clara. Se esperaba un mayor riesgo de mortalidad entre las personas con esquizofrenia, pero no en la magnitud que encontró el estudio, dicen los investigadores.
Los investigadores creían que otros problemas, como las enfermedades cardíacas, la depresión y las barreras para obtener atención, estaban detrás de la baja esperanza de vida observada en los pacientes con esquizofrenia, que en promedio mueren 15 años antes que aquellos sin el trastorno.
Sin embargo, los resultados del nuevo estudio sugieren que puede haber algo en la biología de la esquizofrenia en sí misma que hace que quienes la padecen sean más vulnerables al COVID-19 y otras infecciones virales. Una posible explicación es una alteración del sistema inmunológico, posiblemente relacionada con la genética del trastorno, dice Nemani.
Para la investigación, el equipo de investigación analizó 7.348 registros de pacientes de hombres y mujeres tratados por COVID-19 en el punto álgido de la pandemia en los hospitales Langone de la NYU en la ciudad de Nueva York y Long Island entre el 3 de marzo y el 31 de mayo de 2020. De estos casos, identificaron al 14 por ciento que fueron diagnosticados con esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo o ansiedad. Luego, los investigadores calcularon las tasas de muerte de los pacientes dentro de los 45 días posteriores a la prueba positiva del virus.
Señalan que esta gran muestra de pacientes que estaban todos infectados con el mismo virus brindó una oportunidad única para estudiar los efectos subyacentes de la esquizofrenia en el cuerpo.
"Ahora que tenemos una mejor comprensión de la enfermedad, podemos examinar más profundamente qué problemas del sistema inmunológico, si los hay, podrían contribuir a las altas tasas de muerte observadas en estos pacientes con esquizofrenia", resalta el autor principal del estudio, Donald Goff, profesor de psiquiatría Marvin Stern en NYU Langone.
Goff, que también es director del Instituto Nathan S. Kline de Investigación Psiquiátrica en NYU Langone, adelanta que los investigadores del estudio planean explorar si los medicamentos utilizados para tratar la esquizofrenia, como los fármacos antipsicóticos, también pueden influir.
Advierte que los autores del estudio solo pudieron determinar el riesgo de los pacientes con esquizofrenia que tenían acceso a pruebas y atención médica. Se necesita más investigación, dice, para aclarar lo peligroso que puede ser el virus para quienes carecen de estos recursos.
Fuente PSIQUIATRÍA